Opinión Nacional

El camino del cambio (II)

La semana pasada comenzamos a realizar un análisis y a ofrecer soluciones ante la grave realidad que afronta nuestro estado. Hoy continuaremos con otros temas que también son fundamentales para lograr el desarrollo y el progreso que todos queremos y merecemos.

 Así, resulta imprescindible hablar de la educación. La falta de importancia que se le da a la misma, que se traduce en el estado de abandono que encontramos fundamentalmente llano adentro, es sencillamente inaceptable. No hay suficientes escuelas; las que hay no están debidamente equipadas; y lo más grave es la falta de motivación para la asistencia a clases. Un ejemplo palpable que pone en evidencia la indolencia de los gobernantes actuales, lo constituye el esfuerzo que hacen nuestros niños y jóvenes así como sus padres y madres,  para poder llegar al colegio. ¿Cuántos de nuestros niños no tienen que recorrer grandes distancias a pie o a caballo o en bicicleta o en mula o burro para poder llegar a la escuela? El esfuerzo que eso significa y el tiempo que se pierde en ese ir y venir, podría ser aprovechado de mejor forma por nuestros niños y jóvenes para que estudien más, o hagan deporte o descansen o jueguen. Eso no puede continuar y debemos acabar con esta nefasta realidad. Adicionalmente ya ni siquiera se implementa debidamente el programa de alimentación escolar para nuestros niños. Por ello resulta imperativo desarrollar  un  transporte escolar rural que permita a nuestra población escolar tener un fácil acceso a su colegio y por ende una mejor calidad de vida. De igual forma se hace obligatoria la construcción de nuevos liceos, guarderías y escuelas, dotadas de personal capacitado y de las condiciones físicas necesarias para cumplir con sus objetivos. Porque la educación es la herramienta indispensable para lograr el progreso y acabar con la pobreza. Por ello, vamos a complementar la educación de nuestros jóvenes incorporando a la educación formal que brinda el liceo, otra de tipo técnico, que permita a nuestro estudiantes no sólo formarse intelectualmente sino conocer un oficio que les permita ingresar al mundo laboral una vez se gradúen. Por lo que en los últimos años podrán optar por ser bachilleres técnicos en diversas áreas, como por ejemplo en la construcción, en mecánica, en peluquería, en veterinaria, en agronomía y muchos otros. El programa de alimentación escolar se retomará con mayor fuerza aunado a un programa de becas por asistencia escolar, porque entendemos que es fundamental  que los niños  puedan asistir a clases y puedan rendir en sus estudios, ayudando también así a sus padres en la alimentación de sus hijos.

            El derecho de acceder al agua potable y a la luz eléctrica le pertenece a todos los guariqueños. Resulta inconcebible y una vergüenza nacional que con tanto dinero que ha entrado en este país, todavía la mayor parte de nuestra población no tenga acceso a esos servicios básicos. En estados donde los gobernantes son de oposición, se quiere hacer creer que eso se debe precisamente a ello y que el gobierno central los castiga por esa circunstancia. Sin embargo, eso no es lo que ocurre en Guárico, donde el oficialismo es quien detenta y ejerce el poder. ¿Cuál es la excusa entonces?  ¿Por qué los guariqueños vivimos en este estado de atraso? La respuesta es simple. Porque son unos incompetentes, unos corruptos, regalan nuestros dineros a otros y porque simplemente no les importamos. Nosotros nos ocuparemos de ampliar la red eléctrica para que llegue a los caseríos la energía que necesitan y suministraremos paneles solares a las zonas más recónditas, y colocaremos plantas de tratamiento para la obtención de agua potable, para que no se siga tomando agua con barro y para que el agua llegue a las casas de nuestros paisanos, porque no puede ser que siendo Venezuela un país petrolero, en el siglo XXI todavía tengamos que ir con tobos y baldes al río a buscar el vital líquido.

            Por otra parte, el precario estado en que se encuentra el sistema de salud requiere de una intervención inmediata. Nuestros hospitales están abandonados y lo peor es que nos estamos conformando con lo poco que nos dan. Somos seres humanos y merecemos un trato digno. Merecemos que nos atiendan de la mejor manera. Nuestros pobres médicos trabajan con dedicación y con las uñas pero no pueden hacer magia si no tienen los insumos y los recursos necesarios. Una Gobernación que se jacte de preocuparse por su población, sabe que debe dotar a los hospitales y poner su ojo sobre ellos. Barrio Adentro fracasó, pero debe ser rescatada y fortalecida, y su infraestructura nos permitirá, con nuestros profesionales en la salud, rescatar esa idea y mejorarla, entendiendo que no puede suplir a los hospitales. Debemos crear ambulatorios que se ocupen de las cosas cotidianas, males menores y de los primeros auxilios, donde se estabilice al paciente para que llegue en las mejores condiciones posibles al hospital. Y para eso debemos contar también con ambulancias, pero debidamente dotadas, no de camionetas que digan ambulancia por fuera pero por dentro no tengan oxígeno, aire acondicionado ni los requisitos básicos de operatividad para estabilizar al paciente.

            Una recreación sana y segura es lo que merecemos todos. Pero la inseguridad nos tiene agobiados y por eso debemos trabajar eficientemente para minimizarla. Tenemos derecho a que no nos roben nuestro ganado, a que extraños no irrumpan en nuestras casas, a  caminar tranquilamente por calles, avenidas, plazas y campos, y por sobre todo, a nuestra integridad personal y a  nuestra vida. Para ello implementaremos patrullas de camino y tendremos tolerancia cero con la delincuencia por un lado y con el abuso policial por el otro. Cero impunidad por todas partes. Es hora de que la gente buena y honrada sea la que tome el control otra vez. Y para que eso ocurra también fomentaremos la generación de empleo y el resguardo a la propiedad privada. No permitiremos expropiaciones y abusos. ¡La gente del Guárico se respeta!

 Todo lo aquí planteado es posible. Sin corrupción y con ganas de trabajar es posible. Los cambios se pueden lograr. No son sueños, son realidades y experiencias que ya se ha comprobado que funcionan en otras partes. Lo que se requiere es voluntad. Voluntad para hacer las cosas. Voluntad para salir adelante. Voluntad para alcanzar las metas. Podemos lograrlo. Tenemos derecho a lograrlo y tenemos derecho a obtenerlo. Trabajemos juntos porque sólo así podremos tener una vida digna y productiva que nos permita ofrecerles a nuestros hijos un futuro mejor. Llegó el momento del cambio, no podemos dejar pasar esta oportunidad, porque si lo hacemos toda una generación estará perdida. El cambio es ahora y es ya. Luchemos por nuestros derechos, no renunciemos a nuestras esperanzas y exijamos un trato justo e igual. Para mañana es tarde, nuestra única oportunidad es ahora. Que todos entiendan que no nos compran, que no nos conformamos con sus migajas, que lo nuestro es nuestro porque nos lo hemos sudado y nadie nos los quitará y que además exigimos oportunidades para progresar. Acompáñenme y trabajemos juntos!  Juntos uniremos horizontes. Y recuerden no bajen la mirada alcen la voz y por supuesto busquemos juntos el cambio para una vida mejor.

 

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