Opinión Nacional

El coco de las migraciones

El mundo tiene hoy en día un problema de relativa novedad: las migraciones indeseadas.

El hombre ha sido nómada desde que el mundo es mundo.

El hombre explorador, el hombre conquistador, el hombre que tiene curiosidad y deseos de conocer como viven en otros lugares, el hombre que quiere conocer otras culturas, eran los viajeros de antes. Solo que entonces el espacio era amplio, las regiones eran similares y la riqueza, que no era mucha, estaba disponible para muchos con relativos pocos esfuerzos.

Ahora, también se viaja por necesidad.

La excesiva población, la fecundidad de los menos favorecidos, las agresiones del clima, la concentración de la riqueza en regiones perfectamente definidas del globo terráqueo y el desempeño defectuoso de los gobiernos que expulsan a sus nacionales, han diseñado o producido hombres que emigran porque sus expectativas, en los países de origen, se apartan de sus ideales.

Existen grandes polos de atracción y existen vastas regiones exportadoras de habitantes. Norteamérica, Europa y la lejana Australia son hoy los destinos más apreciados por los viajeros que quieren mejorar su situación particular.

España se ha constituido, tanto desde Andalucía como desde las Islas Canarias, en el puerto de entrada de los inmigrantes ilegales que vienen de los países africanos.

Los Estados Unidos, a través de la inmensa frontera con México es la puerta de entrada para enormes cantidades de latinoamericanos que quieren cambiar las precarias condiciones de vida que sufren en sus países de origen.

Venezuela fue en tiempos relativamente recientes y desde hace muchísimos años, un país receptor de inmigrantes. Amén de los conquistadores y los colonizadores, recordamos a los judíos que durante el mandato del General Eleazar López Contreras vinieron a estas costas en un buque que ningún otro país aceptaba. Durante la guerra civil, fueron muchos los españoles que se vinieron a vivir a estas latitudes. La segunda guerra mundial fue causa para que vinieran a Venezuela miles de centroeuropeos que huían de la barbarie. En los años más recientes, a partir de 1962, cuando aumentaron por primera vez, de manera notoria, los precios del petróleo, Venezuela se constituyó en destino preferente para muchos viajeros de escasos recursos que vinieron de toda Latinoamérica.

Hoy la situación es bien distinta. Venezuela, en los últimos siete años, ha arrojado lejos de la patria a un contingente numeroso de ciudadanos que fueron muy bien preparados y tienen ansias de un mundo mejor.

El mundo, y muy especialmente los países que son o aspiran a liderar a sus sociedades, tienen la obligación de lograr soluciones adecuadas tanto desde el punto de vista humano como desde lo ético y de lo económico.

Es cierto que los países receptores de inmigrantes reciben porciones de la población menos favorecidas, tanto desde el punto de vista económico como desde el de su preparación, pero también es cierto que esos inmigrantes de recursos y preparación limitada, llenan importantes vacíos en empleos que los nacionales no quieren.

También son muchos los muy bien preparados.

Es necesario que se diseñen políticas que compaginen esta situación con la perseguida globalización que las naciones ven como solución de muchos problemas.

El muro que se construye entre los Estados Unidos y México es una vergüenza.

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