Opinión Nacional

El día en que los vasos amanecieron medio llenos

Fue el 16-F, un día después del referendo aprobatorio de la enmienda en cuyo evento, según la reseña de los medios, al parecer todos salimos ganando. Dijo el analista de una encuestadora “A pesar de perder el referéndum, la oposición venezolana obtuvo su mejor resultado hasta ahora en las urnas y está más unida”; dijo el dirigente de un partido opositor “No se cumplieron nuestras expectativas pero superamos los cinco millones de votos”; para un profesor de estudios internacionales “La oposición venezolana queda mejor de lo que se cree”; dijo un psicólogo social “Hay derrotas que si son bien entendidas en términos de ‘qué hice bien’ y ‘qué es lo que me está faltando’, pueden anteceder grandes victorias”; dijo una periodista activista “Los grandes derrotados no fueron los opositores, pues ellos salieron a defender su opción tanto como salimos los revolucionarios a defender la nuestra; fueron los medios como partidos políticos de oposición que disfrazan de propaganda la información”; dijo el editor de un periódico “El resultado electoral ha sido una maravilla, después de la impresionante campaña ventajista del Gobierno y de la amenaza y la extorsión a los funcionarios públicos, 5 millones 200 mil personas decidieron votar NO”…Tener actitud mental positiva. Entiendo que es muy importante, porque según estudiosos de la ley de atracción, la mente cree y crea lo que uno piensa, siente, dice y hace con convicción, y el sólo hecho de reemplazar las declaraciones negativas con afirmaciones positivas nos trae provecho. En el caso que nos ocupa, las cifras dicen que de 16.652.179 electores inscritos, 6.310.482 (37,89%) dijeron SI a la propuesta, mientras que 5.193.839 (31,19 %) dijeron NO, 4.941.439 (29,67%) se abstuvieron, y 206. 419 (1,24%) votaron nulo. Sin pretender desafiar las leyes cuánticas, considero que indistintamente de lo sano de tener mente positiva (lo cual comparto), es razonable también hacer un balance real de lo sucedido para aprovechar la experiencia de los errores y aceptarlos como lecciones para alcanzar el éxito…En el caso del Zulia el balance debe ser integral. Implica analizar ésta y las anteriores elecciones no solo en sus resultados numéricos sino en sus causas y efectos como procesos; analizar si a esta altura se cuenta con un Partido con fortaleza ideológica y con posibilidad de crecimiento orgánico que permita integrar cada vez mas a los demócratas y competir en el futuro con posibilidades reales de éxito en lo local, regional y nacional frente al oficialismo; escudriñar las causas de la indiferencia de los “ni-ni” y de lo que debería hacerse para integrarlos como electores; evaluar la eficiencia y potencialidad de la sala tecnopolitica y situacional opositora y compararla con la de los oficialistas; evaluar si se conoce a ciencia cierta los intríngulis del juego que juega el oficialismo con las inhabilitaciones y juicios políticos y si se ha actuado en consecuencia; precisar si se ha confrontado adecuadamente la campaña hegemónica del oficialismo y el uso desproporcionado de los recursos del Estado en los procesos electorales; analizar si se ha brindando a la población información adecuada sobre la Democracia Social como soporte ideológico; analizar si los Secretarios de Estado en los municipios han tenido la visión, credibilidad, manejo positivo de conflictos y capacidad de relacionarse para sumar y consolidar al Partido; debatir si se ha ofrecido la alternativa de un “Proyecto de País” esperanzador y viable…Así y solo así se podrá saber con certeza por donde está el vaso en el Zulia.

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