Opinión Nacional

El disparo del voto

Nuestros últimos artículos han generado críticas y preguntas. En general se está en desacuerdo con el tratamiento frontal y directo que le hemos hecho a los politiqueros y negociantes electorales que venden por todas partes la tesis de que un triunfo en la mayoría de las gobernaciones y alcaldías traería consigo la salida, por huída o renuncia del golpista-presidente (GP). Es decir, que por el camino de los votos, el 24N la casi totalidad de este ex-país amanecerá con autoridades regionales procedentes de una ‘cuarta república’ que le propinarán una contundente derrota a la quinta y a la propia ‘revolución bolivariana’.

Consideramos que este planteamiento, por su simplismo, sólo podría ser elaborado o por ingenuos que no tienen idea de lo que está pasando aquí, o por cómplices, agentes de la confusión o del pacto-acuerdo y la compra-venta. Esta posición la mantenemos con base en los siguientes argumentos.

1.- Parece un juego decir, por una parte, que este es un régimen dictatorial, tiránico, antidemocrático, autocrático, totalitario y por la otra señalar que pasará a mejor vida por mandato del voto. Y en forma mecánica se saca a relucir los casos de Pinochet y Fuyimori.

2.- Esta manera de ver las cosas, no percibe que la llamada ‘revolución bolivariana’ forma parte de un proyecto internacional, que hemos bautizado como Venecuba que sigue las enseñanzas del ‘santuario revolucionario del territorio libre de América’.

3.- Hasta el presente no se ha comprendido cabalmente que aquí prevalece un régimen distante de la democracia. que nada tiene que ver con Estado de Derecho pero que utiliza todos estos elementos como cobertura.

4.- Impresiona los reclamos por violación de la constitución y las leyes, las solicitudes de poderes independientes, tribunales imparciales, de un CNE confiable, fuerzas armadas no partidistas. Se trata de una actuación de partidos, medios y grupos de particulares que aún creen que aquí hay democracia o que es posible restablecerla.

5.- Y es así como se insiste en el apego al voto el cual muchos ven como ‘el primer y principal poder de esta democracia’. De allí el cuadre con el próximo proceso electoral. Y será con el disparo de los votos como se le dirá a este régimen que la inmensa mayoría del pueblo no lo quiere y que, al perder en las urnas de los votos, está obligado a entregar el mando-poder.

6.- Con contadas excepciones ‘las oposiciones’ pretenden hacer creer que quien se ha apoderado del CNE y lo maneja a su arbitrio, puede producir un evento electoral con resultados satisfactorios para la totalidad de la comunidad. Esta flagrante contradicción, lleva a pensar en la complicidad-acuerdo- negociación entre los dueños del poder y los aspirantes al regreso.

7.- Y conste que no hacemos ningún llamado al desconocimiento del presente régimen por la vía violenta, lo que implicaría derramamiento de sangre que nos pudiera acercar más al escenario de la guerra civil.

8.- Mantenemos que es necesario que la mayoría del colectivo, que no adscribe la polarización-destrucción, actúe en términos de conciencia, organización y movilización para producir la presión social que puede ser puntal en la definición de una nueva realidad.

9.- No es verdad que todo esquema político se reduce a las salidas electoral y violenta. Un colectivo organizado puede generar la presión social necesaria para enfrentar un régimen que se quiere presentar como revolucionario, humanista e igualitario. El poder de un colectivo que tome la calle sin disposición a detenerse o regresar hasta la consecución de los objetivos propuestos, dispone además de un piso constitucional.

10.- La presión social del año 02 se hizo sentir en forma extendida y profunda. Ningún gobierno aguanta una situación de esta naturaleza en el mediano plazo. Pero a esa gente que estaba en la calle o se le condujo en forma equivocada o, simplemente se le utilizó para planes y proyectos que no se correspondían con sus intereses. Y una vez que se desvirtúa este instrumento sólo queda el voto para derrotar la ‘revolución’.

11.- Hoy la presión la ejerce el régimen a través de instrumentos de todo tipo: estructurales, super-estructurales, militares, psicológicos, económicos. Se tarifa a una buena parte de la población, se aumenta el control político sobre la burocracia y se lanza toda una programación dispuesta a atemorizar, a intimidar para el quiebre ante el miedo y la angustia. En esto se hace inversiones de todo tipo.

12.- Pero a pesar de la extensión y aportes a esta maquinaria el régimen no tiene asegurado el mando-poder en el mediano y largo plazo. La implosión, la descomposición que generan las pugnas por el reparto del saqueo, debilitan un régimen cuyo avance hacia su ‘socialismo’ ya se entiende como camino a la misma dictadura cubana, aunque la llamada democracia permite el instrumento habilitante para garantizar la represión comunal y miliciana que extienda y mantenga la miseria creciente.

13.- Y en paralelo, la presión social espontánea crece en forma vertiginosa. La cantidad de movimientos de la mayoría del colectivo que andan regados por todas partes permite pensar que, en la medida en que avance la organización de los mismos, el régimen y la mayoría de ‘las oposiciones’ se encontrará con fuerzas dispuestas a ir más allá del voto de la trampa.

14.- Y quede claro que, por ninguna razón o circunstancia hacemos llamado alguno a no votar. Cada quien, hoy y aquí está obligado a asumir su responsabilidad individual, colectiva y consciente. Desde 1958 nos pusieron a escoger entre una falsa dicotomía: ¡Votos o Balas! Y si para usted hoy, el voto es su disparo, no deje de ejercerlo!

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