Es hora de avanzar

Víctor Manuel Pérez Martínez30 abril, 2004

¿Cuál es el gobierno que admite la existencia de violación de los derechos humanos bajo su gestión? El actual no es la excepción de la regla, en especial cuando se trata de la violación a los derechos sociales, políticos y civiles ejecutados por algunas instancias del Estado. Hemos sido testigos en los últimos meses de esta situación en el país y con todo el cinismo de quienes asumen el poder, han desconocido cualquier acción de este tipo. Recientemente la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia ha desconocido “la protección jurisdiccional de los derechos sociales cuando estos involucran intereses difusos y el Estado sea el garante de tales derechos” según los señala PROVEA, esto con motivo del amparo interpuesto por la Federación Médica Venezolana (FMV) contra el Ministerio de Salud y Desarrollo Social (MSDS) y el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), en defensa de los derechos e intereses de la sociedad y por incumplir su obligación de dotar efectivamente a los establecimientos hospitalarios y ambulatorios del país de insumos y medicamentos.

¿Es posible hablar de democracia en un sistema donde no están garantizados los derechos humanos? Juan Pablo II señaló en una oportunidad: “Si los derechos humanos son violados en tiempo de paz, esto es particularmente doloroso y, desde el punto de vista del progreso, representa un fenómeno incomprensible de la lucha contra el hombre, que no puede concordarse de ningún modo con cualquier programa que se defina humanístico”. El gobierno pregona que la Revolución Bolivariana es un proyecto humanista. En los actuales momentos no tiene razón de ser de cuestionar si los anteriores gobiernos lo eran. El caso es que desde hace cinco años se ofreció un gobierno humanista, aunque no se dijera con claridad que en el fondo se trataba de resucitar antiguas posturas de la extrema izquierda. ¿Cuál es el balance del proyecto humanista de la Revolución Bolivariana? Si tomamos como criterio los indicadores de los programas sociales, los cuales en alguna medida responden evidentemente a las necesidades de los sectores populares, tenemos una revolución que ha planteado su programa en acciones, populistas, clientelares, y condicionadas a la falsa lealtad con el proceso. ¿Cuál es la diferencia con los sistemas anteriores? Esto es un hecho, ajeno a cualquier posición apasionada de defensa o no de un proceso. No existe un plan integral de formación humana, sino la utilización de las diversas técnicas para aumentar la exclusión, la pobreza, la esclavitud en base a la promesa de un futuro mejor, el cual no llegará; no porque algunos principios de lucha no sean válidos, sino porque simplemente no hay un interés por hacer crecer la autoestima de nuestro pueblo.

Estamos ante una violación de los derechos humanos, en la cual todos somos de alguna forma corresponsales. La estructura actual no puede responder a las necesidades de nuestra sociedad y nos limitamos a una discusión meramente política. Hoy Venezuela requiere que ciertos sectores comienzan a establecer espacios para el encuentro e iniciar realmente un proceso de cambio, el cual debe iniciarse desde la base. Venezuela no es un país de bolivarianos. En Venezuela hay venezolanos con postura de centro, izquierda, derecha, bolivariana e indiferente al ámbito político. En Venezuela hay estudiantes que desean estudiar, profesionales que desean crecer, comunidades que desean surgir.

Quiero dejar como final las siguientes palabras de Juan Pablo II: Si “los derechos del hombre son violados de distintos modos, si en práctica somos testigos de los campos de concentración, de la violencia, de la tortura, del terrorismo o de múltiples discriminaciones, esto debe ser una consecuencia de otras premisas que minan, o a veces anulan casi toda la eficacia de las premisas humanísticas de aquellos programas y sistemas modernos. Se impone entonces necesariamente el deber de someter los mismos programas a una continua revisión desde el punto de vista de los derechos objetivos e inviolables del hombre” (Redemptor Hominis 17). Es hora de repensar si la Revolución Bolivariana que actualmente está presente en el gobierno está preocupada por el crecimiento del ser humano.