Opinión Nacional

Fin del 2010, víspera del siglo 21

 

El hombre razonable se adapta al mundo; el irrazonable intenta adaptar el mundo a sí mismo. Así pues, el progreso depende del irrazonable
George Bernard Shaw

            Tengo la sensación de que no es la víspera de 2011 lo que se devela en estos efervescentes tiempos cuando casi todos los cambios son efímeros, es decir, ocurren y no duran, o bien son devorados por un recambio y perdemos por ende, la noción de que uno antecedió al otro. Ahí está Barack Obama truncado en su intento de reformar en profundidad la estructura del estado en su país; o la Comunidad Europea que en su optimismo de acelerar su consolidación como bloque político, una grave crisis económico no solo la amenaza en su integración, sino también, la confronta con viejos fantasmas del pasado del continente como la xenofobia y los nacionalismos.

            Mi sensación de que el siglo 21 nos tocó la puerta, presentándose en toda su plenitud, hace poco, en alguna fecha que no acierto a precisar, es similar a la que muchos sienten al cumplir 37, 45 y un día se encuentra diciéndose a sí mismo o a los demás, “ahora sí siento los treinta, o los cuarenta”.  Si fuera asunto de cronología, diría que el evento que define el comienzo de este siglo es el 11-S de 2001, y sin embargo, es ahora, un día de 2010, cuando experimento una epifanía (o quizás, ¿una pesadilla?), de cuán inmersos estamos en cambios profundos que no podemos discernir y que nos dejan rezagados en nuestras estructuras mentales y emocionales

La revolución tecnológica de la que somos testigos comenzó poco antes del final de”La Guerra Fría”, en la década de los noventa, con las TV por  cable y por satélite, con los telediarios de 24 horas que nos presentan en un mismo bloque las noticias de una hambruna y una masacre con las de desfiles de moda y personajes de farándula, y luego la instantaneidad en la computadora a través de internet y sus derivados, Google, Twitter, Facebook, etc. Por otro lado, una revolución científica avanza a la par, menos ostensible, pero de consecuencias inimaginables: se descifra el código genético y con eso se abren infinidad de opciones biológicas, químicas. Los misterios del ADN son estudiados y manipulados por una élite que desde laboratorios, podría lanzarnos hacia universos fascinantes, desconocidos, y quizá, temibles, como el de la clonación.

            Quizá, mi sensación de “¿vértigo existencial?” sea una excusa para escribir con furia y creatividad. No lo sé, pero tengo una breve lista de eventos de este año, para sino sustentar, al menos aportar, algo más serio que un mero capricho literario disfrazado de artículo periodístico. Hago un intento:

            Wikileaks: Preguntas sin fin que conducen a debates necesarios, a inútiles predicciones y a cuestionamientos éticos como el  derecho a la información vs. La seguridad nacional; a discernir entre el trigo y la paja en cuánto a qué es realmente importante y qué es banal de lo que revelan muchos de los documentos que este portal propala; a la eterna pregunta de si el fin justifica los medios, en este caso  en cuanto a lo que hacen funcionarios diplomáticos para obtener información, pero también, en cuanto a presentar documentos obtenidos por medios ilegales – ¿comprados, chantajes, hackers, etc.?–  e incluso, cuestionamientos a presentar documentos sin filtros de profesionales que chequeen la veracidad de los contenidos que recibieron.

            Stuxnet: Un virus diseñado para sabotear, lentamente, las plantas nucleares de Irán y que aunque su régimen lo niegue, ha retrasado por un tiempo el intento de enriquecer uranio, al menos en el reactor de Bushehr. Quienes lo programaron lograron que este prodigioso virus pasara inadvertido dentro del sistema incubándose, para luego, borrar sus códigos, haciendo imposible que sea rastreado. Este año el llamado “gusano” Stuxnet ha infectado a más de 100 mil sistemas computacionales alrededor del mundo, puesto que las instalaciones nucleares iraníes de Bushehr y Natanz, no están aisladas de otras redes.

            Casi todo lo que reproduzco aquí apenas lo entiendo pero me que queda claro que hoy se pueden lograr objetivos extraordinarios sin necesidad de utilizar bombas y armas de fuego gracias a la tecnología, pero a la vez, me asusta pensar: ¿qué pasaría si grupos como Al Qaeda, o narcotraficantes o gobiernos mafiosos, logran utilizar métodos similares para realizar atentados terroristas, o para infiltrar los sistemas de de transporte civil de ciudades o países?

            Celebro Stuxnet, y puedo imaginar quiénes lo programaron, y sin embargo, ¿hay antídoto si cae en las manos equivocadas?

            En el Nombre de Google:…y de del padre, Fidel, y del hijo, Chávez, con todo cinismo Daniel Ortega aprovecha un error en los mapas del servicio Google y envía un pequeño escuadrón de solados a tomar la diminuta Isla Calero, de soberanía costarricense. El portal rectifica el error de las fronteras entre Costa Rica y Nicaragua, pero el canciller del país que sí tiene ejército, exige a Google Maps volver a colocar los límites con los cuales justifican su permanencia en ese territorio. Como los conquistadores que clavaban la cruz y leían la santa palabra de sus reyes, los auto-proclamados “revolucionarios” usan la tecnología inteligente del blackberry, el GPS y el msg para proclamar: “operación :)”

            Mineros Globalizados: Treinta y tres atrapados en un refugio a 700 metros de profundidad en una mina en Chile. Al conocerse que están vivos se despliega un operativo que comienza con proveer a los mineros de ayuda básica para su supervivencia a través de sondas, incluyendo a una a la que se le introduce una mini-cámara para mostrar en tiempo real su convivencia bajo la tierra.

            Con el reality accesible por  internet y luego el rescate, transmitido en  vivo y directo durante más de 24 horas,  una audiencia estimada en mil millones de personas se congratula por una historia de éxito global que celebra la vida y la resistencia del hombre, pero a la vez, algunos se habrán preguntado: ¿Y en todo este tiempo, por qué no pusimos la misma atención a millones de personas que sufrieron por catástrofes naturales o infligidas por la violencia y el odio en tantas partes del mundo? La respuesta es tan clara como inquietante: la historia de los mineros podía ser manejada, en tiempo, espacio, e incluso con criterios de espectáculo, por los medios de comunicación, incluyendo el morbo y los chismes atrayentes sobre “el minero infiel”, “el futbolista”, el chistoso”, etc.

            Red Social: La película. Fascinante historia con protagonistas que se hablan, piensan y actúan a un ritmo vertiginoso, la trama que presenta nacimiento del portal Facebook, me abruma.

            ¡Cuánta información imposible de captar por lo rápido de la comunicación; por la forma de interactuar de los jóvenes de ese primer mundo de Harvard, en el cual, el que rema pierde contra el que navega con motor fuera de todo desborde, por la red de internet!

            Si el cine irá a la velocidad y a la secuencia de este film, entonces, no solo con computadoras quedaremos muchos rezagados.

            Red Social nos coloca como espectadores ante nuestro propio desfase, pues en este instante, mientras aprendemos algo nuevo para facilitar nuestra forma de comunicarnos (algunos argumentarán, que para desvirtuar y deshumanizar aun más las relaciones humanas), ya se está inventando otra tecnología más accesible y masiva.

            Así como la Revolución Industrial condujo, sin conciencia de nuestros antepasados, a profundos cambios mentales, políticos, económicos, e incluso, filosóficos (valores, percepciones, pensamientos, etc.) la actual revolución científica y cibernética de la que no escapamos – con algunos en el centro de su vorágine, y otros a los bordes de sus corrientes –  también nos arrastra hacia el núcleo de  su espiral: un lugar desconocido y  lúgubre, para los más conservadores,  y esperanzador para los más aventureros, pero definitivamente, vertiginoso e incierto.

            Varios científicos que revolucionaron las ciencias y por ende, el pensamiento humano, nos advirtieron que el progreso tecnológico no va a la par con el de la moral y la ética, como el caso de Albert Einstein cuando se sintió manipulado luego del lanzamiento de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, y su amigo, el filosofo Bertrand Russell, quien en un breve tratado sobre su preocupación por la humanidad, escribió en su ensayo  “Ícaro, o el Futuro de la Ciencia”, advirtió: “La ciencia no le ha proporcionado al hombre más autocontrol, más bondad o más dominio para abandonar sus pasiones a la hora de tener que tomar decisiones.” (Recomiendo leer todo el tratado en http://analitica.com/bitblio/brussell/icaro.asp)

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba