Opinión Nacional

Golpe de aire

En un país cayéndose a pedazos, con los indicadores en rojo y con un descontento social cada vez mayor, es necesario abrir los ojos.

Abrirlos, porque en primer lugar no poseemos una democracia sólida sino la mueca burlona de ésta, lo cual propicia el terreno y crea condiciones óptimas para todo un abanico de tropelías, cosa típica en gobiernos al margen de la ley. Abrirlos, además y como consecuencia de lo anterior, debido a que el régimen intentará, sin la más mínima duda, continuar en el poder aunque para ello deba llevarse por delante a media humanidad.

El terror que a Chávez y a sus servidores produce el referéndum revocatorio es patético. El Presidente sabe muy bien que está perdido, está al tanto de que en una medición como ésa la paliza resultará gigantesca. Todos los cañones, toda la batería se enfila entonces hacia el sabotaje, puesto que mientras más largas se le dé, es decir, mientras más tiempo pueda retrasarse (impedirlo sería la perfección), tanto mejor.

¿Por qué mejor? Sencillamente porque iría fortaleciéndose la red que brindaría control absoluto sobre el resto de los poderes y sobre el país como un todo, asunto clave a la hora de “atornillamientos” en Miraflores. No en balde y a velocidad de cohete, a diferencia del circo que los legisladores oficialistas han montado en relación con el nuevo CNE, la ley Mordaza, la del Tribunal Supremo de Justicia y la de Participación Ciudadana, son impulsadas con la ligereza de quien requiere, y ya, un instrumento expedito que ofrezca la manito de barniz legal a cuanto disparate se le ocurra al Ejecutivo.

Hay tres elementos fundamentales que todo sistema autoritario necesita: a) una gallina de los huevos de oro (en nuestro caso PDVSA), cuestión que a estas alturas tristemente es un hecho consumado. b) Un sostén que implique la subordinación del estamento militar al hombre fuerte, al partido, al “proyecto”, lo cual también ha logrado en grandísima medida la “revolución”. Para nadie es un secreto el estado deplorable y vergonzoso en que se encuentran las Fuerzas Armadas. c) Confiscar la opinión pública, o sea, acallar la voz disidente que se manifiesta a través de los medios de comunicación. Es aquí donde no se ha mordido suficiente. Es aquí donde el gobierno no ha podido apretar la mandíbula. Cuando esto ocurra, lo demás será historia. Lo demás es el manejo a total discreción de la vida nacional. Lo demás será hacer lo que le dé la real gana a un puñado de iluminados, sin los contrapesos necesarios, sin justicia, sin oposición, sin instituciones.

El loco desenfreno que los revolucionarios de turno han puesto con el objeto de parir cuanto antes tres adefesios como son las leyes mencionadas, no es para nada gratuito. Brindarán, de producirse, la base para “legalmente” acabar con lo que quede de Estado de Derecho. Serán luz verde para la retaliación política y para el silencio mediático impuesto desde los cogollos de poder. Servirán para trazar, desde la tierna mirada de quienes se creen los llamados a conducirnos hacia la felicidad hecha mar, el destino miserable (como miserable es el paupérrimo balance logrado por esta revolución) de todo un país.

Depende en buena parte de nosotros que el golpe mortal pensado desde arriba termine siendo un vulgar golpe de aire, otra intentona de un caudillo desquiciado, un manotazo suelto contra lo que somos y queremos ser.

Que culmine en golpe de aire, eso es.

P.S.: El Cineclub de la Ucab presentará este lunes a las seis de la tarde y en el salón A2-03, la película “El pianista”, del director polaco Roman Polanski. Están cordialmente invitados. Entrada libre.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba