Opinión Nacional

La Diáspora del Talento

Con el mismo título que llevan estas líneas, se celebró un interesante foro patrocinado por la Fundación TALVEN en el local de la Biblioteca Central de la UCV.

TALVEN es el producto de una iniciativa del Doctor Francisco Kerdel Vegas, quien en sus años de Embajador de Venezuela en Francia, tuvo la inquietud de revisar la situación de la gran cantidad de venezolanos que becados por la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho habían echado raíces en el exterior y estaban desvinculados de nuestra tierra.

Hace un tiempo, Kerdel logró organizar el respaldo de las Academias Nacionales y bajo la presidencia del Doctor Luis Manuel Carbonell se ha desarrollado la Fundación TALVEN que ya no solo se ocupa de los graduados de FUNDAYACUCHO sino de todos quienes han emigrado por causas diversas.

El foro, amén de la dirección de Carbonell y de Kerdel, contó con las ponencias presentadas por la Doctora Maritza Izaguirre, por el Ingeniero Eddie Ramirez y por el Doctor Iván de la Vega.

Los ponentes analizaron varias facetas relacionadas con la fuga o la expatriación de personas con alto grado de preparación.

La ex ministra y hoy flamante presidenta de SIDOR, narró las experiencias vividas por ella y por sus relacionados mientras desempeñó funciones oficiales en otros países.

El ex funcionario petrolero presentó información clasificada de la situación a la cual han sido obligados los trabajadores de la industria que fueron execrados después de la razzia a la que fueron sometidos después del paro cívico nacional del año 2003.

El sociólogo e investigador del IVIC presentó una serie de láminas aterradoras sobre la difícil situación que atraviesa el sector de investigadores y técnicos del mayor nivel que han tenido que abandonar al país por diferentes razones.

Solo a manera de recordatorio haremos mención de algunos de los datos suministrados por el Doctor de la Vega.

A partir de 1983 se ha contabilizado, de acuerdo a fuentes confiables, que los Estados Unidos ha recibido estudiantes del cuarto nivel, provenientes de otros países, en un número que ha oscilado entre setenta mil y ciento diez mil para cada uno de los años de la serie.

Los Estados Unidos, para el año 2000 tenía 2.7 millones de investigadores de los que 431.000, es decir, el 16,1% no eran nacidos en los Estados Unidos. Estos se distribuían en 122.000 trabajando en universidades, 270.000 en industrias y 39.000 para dependencias gubernamentales.

Los científicos nacidos en Venezuela y que hoy se desempeñan en los Estados Unidos son 8.607, mientras que en nuestro país solo se mantienen trabajando 3.187 investigadores.

Cuando se analizan las causas de estas aterradoras estadísticas se pueden anotar las siguientes:

· Las retribuciones económicas, la calidad de las instalaciones y las posibilidades de desarrollo que tienen los investigadores en Venezuela se han deteriorado de manera dramática.

· La relación, que debería ser fructífera, entre las industrias y los centros de investigación, en nuestro país, es casi nula.

· Los países desarrollados dedican algo así como el 2% del PIB a Investigación y Desarrollo. Países como el nuestro no llegan al 0,4%.

· No existe una política nacional de atención a la investigación y se mencionó la posibilidad de que la fuga de talentos sea parte de los deseos del régimen.

Este puede ser otro dramático capítulo de la guerra asimétrica.

Caracas, julio de 2006

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