Opinión Nacional

La trampa está montada

Los veedores no están viendo las cosas claras en el «CNE». Ellos, que se ofrecieron y trabajaron en la creación de una Comisión de Auditoría independiente, que legitime ante esta sociedad y el mundo entero la pulcritud de las elecciones y la correspondencia de los votos con la voluntad popular, están oliendo el tufo de la carroña comicial que perfuma la antesala electoral.

Los veedores, en lugar de la cooperación legitimadora, sólo ven postergaciones por parte del «CNE». Sólo ven argumentaciones necias como aquella de que había que retrasar la instalación de la Comisión un par de días, «porque la Organización Mundial de la Salud! (OMS) quiere participar». Si ése fuese el caso -que no lo es- sería porque la «OMS» estaría profundamente preocupada por la galopante gangrena de la salud institucional venezolana, infectada por el Sida de la «transitoriedad supraconstitucional», el único invento original de la V República. Porque para el resto, más de lo mismo…, pero peor.

Los veedores le han dicho públicamente al «CNE» que si para el martes (ayer) no hubiese un acuerdo que garantice su funcionamiento, autoridad e independencia, no se podrá auditar confiablemente el proceso o los resultados electorales. Y hubo acuerdo ayer porque el «CNE» ya escondió la trampa en otro lugar. Y la trampa es el tiempo que -según la Comisión- conspira contra la auditoría. Este es un régimen genéticamente tramposo y, por ello, no puede dejar de ser tramposo. Y tienen que hacer trampa por dos razones básicas: la primera siendo el hecho que el «CNE» actual, su directiva y sus gerentes operativos son todos del «MVR»; es una extensión, un departamento, del partido de Miquilena «Micabú».

La segunda está en el feliz hecho que el «insufrible», sigue cayendo mientras

que Arias continúa subiendo.

Chávez, desde enero, está perdiendo mensualmente alrededor de 10% de simpatía. En enero estaba en 87% de las preferencias. Ahora está en -según el promedio de las encuestas- entre 53 y 58%. El 28 de mayo estará -según esa proyección- en 43-48%. Un resultado demasiado estrecho para él. Para ganar convincentemente, Chávez tiene que apabullar y ése es un supuesto ya negado por el propio deterioro nacional. En cambio, Arias ganaría con un voto de diferencia.

Por ello tienen que hacer trampa y si no fuese así ¿puede alguien interpretarme la frase críptica del «insufrible» del Miércoles Santo, cuando entregó los créditos-dádiva?: «Una guerra civil nadie podría detenerla». Yo la interpreto como «o gano yo o hay guerra civil».

LA HUELGA NACIONAL

Dicha esa profunda reflexión, se fue a Kanavayén y Gracias al Señor nos ganamos 6 días de tranquilidad mental. Pero el problema para el «insufrible» es que -planteada esa terrible disyuntiva- no es él quien puede iniciar una «Guerra Civil». (Qué fácil! dice las cosas más horribles, el Mariscal del Museo Militar) Un Presidente en ejercicio que -como candidato- abusó del ventajismo electoral y fuese magullado en las elecciones, no tendría ni los recursos ni los aliados para iniciar una «guerra civil», y mucho menos posibilidades de ganarla, si la experiencia de su » toma de Miraflores en l992″ es algún indicio.

En caso de cundir el día 28-5 y el 29-5 la convicción generalizada de la comisión de un fraude electoral gubernamental (porque no cuadren, por ejemplo, los anuncios oficiales con las cifras de los exit-pools o las proyecciones de radio televisión), Arias no apelaría -en mi criterio- a las Fuerzas Armadas que -después de todo- no son los árbitros de la vida política venezolana. Llamaría, probablemente, a la huelga nacional, a la desobediencia civil, a instancias internacionales. Por ello, Cira Romero, si hoy miércoles tienen una Comisión de Auditoría instalada -lo cual dudo- busquen la trampa en otro lugar. Ojo pelao!.

CONTRA EL FISCAL

En el mismo entramado de las trampas y corrupciones, hay que ubicar el caso del fiscal general Javier Elechiguerra y su investigación contra don Luis «Corleone Micabú» Miquilena, y toda la podredumbre de los negociados neorepublicanos con dineros públicos de esta republiquita de la que se apropiaron unos bucaneros de la política.

Pero así como fueron estirando las fechas, el Tribunal Supremo (¿?) no se ocupará del «Caso Micabú» sino hasta después de las elecciones a pesar de que el oficio respectivo fue firmado ya por el Fiscal el día 18 de abril.

Quiere decir que mientras el segundo personaje más poderoso del país está siendo acusado por el Fiscal General de la Nación por delitos de corrupción, mantiene todas las riendas del Poder, toda su influencia y todas sus conexiones. En la IV República, la Sociedad habría exigido a gritos la separación del cargo de Presidente de la ilegal «CLN»…, mientras se ventila el caso. Pero en ésta, lo que viene es una descarga a «plomo cerrado» contra el Fiscal. Ya verán.

TARDE PIASTE

El «Caso Apure» y el «Decreto Aguilarte» tuvo la virtud de resucitar -tardíamente- al Colegio Nacional de Periodistas y al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (Sntp). Quince días atrás, el funcionario (del MVR) invocando la Constitución «Bolivariana», decretó «chirona» para periodistas que no se atengan a los preceptos de la «información veraz» (Art. 58). Pero resulta que:

1.- La pretensión de Aguilarte contradice el contenido del Art. 57 que garantiza la expresión libre «sin que pueda establecerse censura».

2.- Pero esa constitución -según la incomprensible sentencia del Tribunal Supremo- no está vigente sino hasta el 29 de mayo.

3.- Esa misma constitución prohíbe la censura previa, aún en estado de excepción. (Art. 337 de la versión que yo tengo. Porque hay 4 versiones publicadas en Gaceta Oficial y yo no sé cuál será la que entrará en vigencia el 29-5)

4.- Si el ciudadano emeverrista, gobernador del estado Apure, tiene pleitos electorales con algún otro candidato, puede perfectamente acudir al «Copp» que prevé y sanciona los casos de injuria, calumnia y vilipendio.

Si tiene problemas con las «groserías» que se divulgan por radio en el estado Apure, tiene a Conatel y el Reglamento de Radio y Televisión para sancionar a los responsables.

Pero, a pesar de que piaron tarde en este asunto, los organismos gremiales no se han pronunciado públicamente en los casos de «La Razón», «González Cazorla» -quien en Barinas- fue convertido de acusador en acusado, Ben Ami Fihman y Faita Nahmens («Caso Exceso») o el de Teodoro Petkoff («Caso El Mundo») y varias instancias en los que periodistas radiales fueron obligados a abandonar espacios y pautas.

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