Los dos caminos de Chávez
(AIPE)- El presidente venezolano Hugo Chávez sigue viviendo momentos muy difíciles y su agonía política parece que será larga. PDVSA, la poderosa empresa petrolera que tiene el monopolio del oro negro, se ha alzado contra el gobierno. Se trata del primer paro gerencial en la historia de la petrolera estatal. Sus ejecutivos han salido a la calle a protestar en contra de la politización de la empresa.
Actualmente, PDVSA es más importante para Chávez que el alto mando militar, en donde los jefes del ejército, de la aviación, de la marina y de la guardia nacional han recibido 198 mil millones de bolívares “para mejorar la condición social de estos servidores de la patria”, dijo el presidente.
Los venezolanos, con su gracia criolla, denominan las ventajas económicas concedidas a los militares como “el bozal de arepa”, dando a entender que sólo con dinero puede Chávez frenar a los cuarteles. La arepa es el pan de maíz que le gusta a los venezolanos.
Sin embargo, la situación económica se ha vuelto tan grave que Chávez, mientras reparte esas sumas de dinero en los cuarteles, se ve obligado a congelar los salarios de los empleados públicos.
La resistencia civil se hace más fuerte cada día. Las manifestaciones se multiplican y aunque su caída no será fulminante, el fin de Chávez se aproxima.
Los tres factores más importantes del país: la Confederación de Trabajadores de Venezuela, la Federación de Cámaras de Comercio, Industria y Producción (Fedecámaras) y la Iglesia Católica ya se alinearon en contra del gobierno. La unificación de esas tres fuerzas, junto con un alzamiento militar, fue la operación que derrocó al régimen de Marcos Pérez Jiménez, hace más de 40 años. Pero en Venezuela ahora no se desea una salida militar. Las mismas fuerzas armadas están buscando una transición pacífica impulsada por la sociedad civil.
El teniente coronel Chávez tiene dos caminos: enfrentar un golpe militar si fracasa la resistencia civil o proceder a entregar el poder a una junta cívico-militar. Los analistas políticos no creen que Chávez va a entregar el poder pacíficamente, por lo que no se descarta la dolorosa posibilidad de un baño de sangre.
* Analista político venezolano. ©
