Los hijos

He pensado siempre que todo lo que se haga por la cultura es poco, más cuando los gobiernos que le han tocado la honrosa misión de generar políticas culturales, siempre terminan por definir una cultura oficialista pret-a-porter a los caprichos de los fofos administradores culturales, sobre todo espirituales, que casi siempre son los mismos hijos menores de esa oligarquía palaciega que adulo al general Páez y lo hizo que terminara refugiándose en Valencia, para después desterrarlo y muriera en la miseria.

Pero nunca en el olvido, ya que al mencionar a Carabobo hablamos de Páez, aunque duela.

Mientras que Guzmán Blanco, el progresista, que afranceso Caracas, la oligarquía lo llevo a mandar desde Francia, mientras que estos le construían estatuas que también ellos tumbaron.

El general Joaquín Crespo fija su residencia presidencial en Maracay, aunque no se pudo salvar de la conspiración de la Mata Carmelera.

Con Juan Vicente Gómez fue más cruel la oligarquía, ya que se tuvo que radicarse en Maracay como consecuencia del asesinato de su hermano, el general don Juancho Gómez, el sucesor natural. Es que la oligarquía en Venezuela es más que una masa amorfa sumamente aduladora y sabe como filtrase.

Es lógico que ha esta oligarquía no le interese que la cultura de nuestro pueblo se fortalezca, ya que este pudiera reconocerse a si mismo sin necesidad de cesares, ni medios que lo defiendan para luego negociar con sus almas.

No creo en una cultura tutelada por ideologías política alguna, menos en modelo de estados paternalista que nos digan desde como caminar, comer o hasta amar.

Hay instituciones gremialistas en Venezuela como SACVEN, Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela, que se han visto en la necesidad de sociabilizarse para apoyar mejor a sus afiliados.

O instituciones como la Casa del Artista, retomada hace ocho años por el gobierno nacional, que a través de su presidente Carlos Silva, los artistas populares hoy gocen de la suerte de tener respuesta sin politiquería, marcando una verdadera pauta en lo que es la sociabilización del estado, para liberar a un pueblo que aun esta atrapado por el yugo de la indolencia de intereses, que no permiten que el propio estado reconozca a sus mejores hijos