Los temas inabordable

Las discusiones mas inútiles que he visto en los medios nacionales de Venezuela en política, son dos: el rollo de la tarjeta unitaria y quién va adelante en las encuestas entre los dos candidatos presidenciales.

La primera, porque una vez dada la unidad de la oposición a través de las primarias donde logró el triunfo Capriles Radonsky, los problemas de la población que se convence en estos comicios de cambiar su voto para favorecerlo, porque antes votó por Chávez, no son tan graves, si tiene que hacerlo con alguna de las tarjetas de los partidos que lo apoyan ,o por lo menos eso se percibe en la calle , donde la gente común ni siquiera entiende de que se trata el asunto.

“Pues uno votará por Primero Justicia, por la de Pablo Pérez, por la de los adecos o la de los copeyanos, ¿que se va a hacer?. No es raro que no se pongan de acuerdo”, comentan cuando uno pregunta sobre la tarjeta. Y los que ya eran de la oposición, generalmente saben que tarjeta usar. Están, después de 13años en el desierto, decididísimos e identificadísimos . Octubre como que está lo suficientemente cerca como para que la gente se preocupe más por Chávez y si va o “ no va para el baile”.

En cuanto a si Capriles o Chávez van delante, que es el otro tema político menos importante para mí, se ha hecho fastidioso, simplemente por una crisis de credibilidad,. Demasiadas encuestadoras, demasiado lejos de octubre, dan cifras volanderas que se parecen a esas ventas por TV, donde a uno le advierten que a los primeros que llamen le dan un descuento en los productos , de los que además “ quedan pocos , así que llame ya”. Nos dicen que va ganando uno u otro para que uno se sume al ganador, no para que uno vote por quién le parezca mejor o mas confiable, o simplemente, porque no es Chávez.

Lo que pasa es que las verdaderas discusiones nuestras se quedaron debajo de la mesa.

Una de ellas , por ejemplo es hasta donde llega la podredumbre de los tribunales, cuales y cuantos casos judiciales han sido comprados, vendidos y negociados en este país en este gobierno. Y por ende, a cuantas personas inocentes habrá que retribuir en dinero y en reconocimiento público en el futuro. Cuantos jueces se pueden convertir fácilmente de acusadores en acusados. Después de las declaraciones y de las descripciones de entorno de los huidos ex magistrados Aponte Aponte, y Velásquez Alvaray a uno le da la impresión de que los demás magistrados que quedan en el país no deben ser muy diferentes si se les hace una radiografía. En algún momento, habrá que reiniciar unos cuantos procesos , aunque sea imposible devolver los años de vida que han escamoteado a buena cantidad de venezolanos, encarcelados por casos como el del asesinato del mártir de la revolución Danilo Anderson, el de los comisarios e Iván Simonovis, encerrados por los muertos que mataron otros el 11 de abril, o el chanchullo que le montaron a Mazuco, para no hablar de las rencillas entre ellos mismos , que han dado lugar a casos como el del general Baduel,

Otra discusión que no se da es como y porqué resisten tanto los presos venezolanos, de los más pobres, violados, miserables del mundo. El último de los casos en el retén de La Planta ¿No será porque hay un negociado gigante del que nunca hablan ni la ministra del caos penitenciario Iris Varela, ni el ministro de Relaciones Interiores, Tarek El Aissami? Nuestros presos tienen armas de guerra, teléfonos de última tecnología, dinero, constituyen una mafia bien forrada que mueven con la complicidad de los representantes del estado venezolano.

Ese es un temazo, del que se habla sólo en peluquerías, abastos, supermercados, aceras, oficinas, centros comerciales, frente a las cárcel de La Planta y en El Rosal, frente al ministerio del ramo . Y hasta las peluqueras saben, que lo que pasa es que hay un chanchullo que le ha permitido a un grupo de presos desde hace años, en connivencia con autoridades, mantener un negociado que le da miles de dólares a ambas partes. Caso El Rodeo, por ejemplo, donde hasta se escaparon unos pranes con armas y muchísimos billetes, reconocido por el mismo Estado, que los sacó por la puerta grande y les dio tiempo para escaparse. Hoy, desde la calle se ven grandes columnas de humo que salen de la cárcel caraqueña, nadie puede transitar por allí.. ¿ Como esos pobres presos humillados tienen en jaque desde hace quince días a la policía y al ejército.? ¡Porqué nosotros tenemos que llegar de milagro a nuestras casas, sorteando avenidas cerradas y cercos militares?. Ahh, de eso no hay que hablar. Nadie tiene responsabilidad, nadie se robó nada, nadie sabe como tienen armas y explosivos de guerra.

Y en caso de que se hable públicamente de las sospechas que hay, se señale a los que la notitia criminis da como implicados en diversos crímenes y a los responsables, por ser las autoridades que permitieron un desastre: el de las cárceles, el del lago de Valencia, el de Pdval o el de los carteles de droga que se pelean nuestro territorio, caemos en el inmenso tercer tema que es el detallazo de los métodos de la persecución de la expresión libre en Venezuela mediante el acoso a medios, editores y trabajadores. Se discute si hay o no libertad de expresión, porque se considera que con hablar del tema está salvada esa libertad, pero no se discute abiertamente cuales son los métodos del gobierno venezolano para callar medios de comunicación , quiénes son sus verdugos, quiénes ordenan la amenaza telefónica pura y simple, la constitución de sindicatos pro gobierno para sabotear empresas, el ataque a sus trabajadores, el enjuiciamiento de sus directivos, las calumnias, el cerco económico mediante multas confiscatorias , la detención de equipos en las calles donde se cubren noticias , los falsos testimonios, los sicariatos.

El último ejemplo de ese gran tema del que solo se habla de manera general en los medios que quedan abiertos, el del caso Notitarde, se suma al del acoso y derribo continuo a Globovisión y al inmenso silencio mortuorio de los medios de comunicación que eran libres y desaparecieron porque han sido comprados por testaferros del gobierno, silenciados o convertidos.