Oposición: ¡levántate y ataca!

La victoria puede ser la plusvalía del esfuerzo invertido en impedir que gane el adversario; una precisa estrategia, no una perogrullada.

Mientras confeccionan sus ofertas electorales y planes de gobierno, que sería su pars construens, los David de la oposición no deberían descuidar una concomitante acción de desgaste del Goliat que enfrentan, una pars destruens agresiva y eficaz. Un segundo frente obviamente necesario: pequeños, dispersos, con menguado poder comunicante y casi paralizados por el artículo 67 de la Constitución que suprime todo financiamiento público a los partidos (el autócrata se mandó confeccionar una Carta Magna a la medida de sus necesidades), sólo mediante una guerra asimétrica de incesantes micro-demoliciones podrán los David sobreponerse a la formidable capacidad de fuego del candidato-presidente: los tres poderes del Estado servilmente a sus órdenes electorales, inconmensurables riquezas fiscales invertidas en compra de votos, todo el aparato comunicacional público y parte del privado vía “cadenas”, a su exclusiva disposición, el árbitro electoral comprado… ¿Qué espera la oposición para sacar sus hondas?
Semi-paralizada por una suerte de apraxia fatalista, la oposición democrática, vista así de bulto, pareciera haber olvidado cuán necesario es atacar incesantemente al candidato ventajista con una guerrilla argumental bien llevada. Una omisión-autogol, que le está enviando al país el pésimo mensaje de que carece de sólidos argumentos contra el autócrata. Ella pudiera a la postre resultarle letal si es cierto, según opinan muchos analistas, que para una victoria en diciembre la oposición necesita convencer firmemente a una parte relevante del chavismo blando, desencantado u oportunista de que el incongruente y costosísimo populismo chavista fracasó, que el régimen va a un tenebroso socialismo represivo, y que no conviene a nadie reelegirlo.

Entonces, oposición, ¡levántate y ataca! con temple civil pero duramente, con lucidez y argumentos irrefutables, sobre todo sin miedo. ¿Recuerdan el “No tengáis miedo” martillado durante años por Juan Pablo II hasta el derrumbe de la Cortina de Hierro? Esa consigna, felizmente recogida por Petkoff, debe convertirse en la forma permanente de pensar y actuar de todos, si no queremos amanecer en un país convertido en dictadura-chatarra, donde ser opositores será “atentar contra el Estado”.

Este régimen es una autocracia que se cree blindada pero fofa, con demasiados talones de Aquiles por donde la oposición puede, con inteligencia y tenacidad, pasar mensajes devastadores. Los seis talones más citados:corrupción, inseguridad, falta de trabajo, inflación, pobreza y fraude electoral son, lamentablemente, parte del sistema-país, el chavismo sólo los ha exasperado, incluyendo la mismísima espantosa inseguridad, pero fuerza es reconocer que cualquier diatriba contra la corrupción, por ejemplo, suena a déjà entendu para oídos venezolanos. Otros talones, tanto o más graves, son en cambio específicos de este régimen, varios inéditos, y su persistente denuncia surtirá un efecto-demostración más dilatado y profundo. Por ejemplo:

1.- la Asamblea instalada en el Capitolio es “un consejo de obreros y soldados” que es la definición clásica y sin metáforas de un Soviet: 160 diputados, todos chavistas.

Partido único y coronel, el país africanizado. ¿Son realmente legales sus leyes, puede la farsa de la “participación protagónica” enmascarar su dictadura de facto?
¿No se abstuvo justamente la oposición en diciembre 2005 para desconocer luego su legalidad?

2.- Socialismo del siglo XXI: es bolchevismo nostálgico.

Declaración de Chávez al vice premier ruso A. Zhukov el 10 de noviembre de 2005: “Todo eso explotará pronto… América Latina es hoy la Stalingrado de las ideas, ella será lo que Rusia no pudo ser”. Casi 80% de venezolanos rechaza la perspectiva, tenebrosa, de una Venezuela convertida en una Rumania de Ceausescu.

¿Se le está recordando eso a los chavistas de buena fe?

3.- El militarismo: nuestro 26º militar-presidente se estrenó humillando el civilismo con un militar en la presidencia de la Asamblea y el aparato estatal y para-estatal está hoy saturado de militares hasta la náusea.

Lamentablemente, la oposición no mantiene al día una radiografía de esa metástasis. Una peligrosa militarización de la sociedad y una pesada carrera armamentista completan el cuadro. ¿Para cuándo un incesante bombardeo de precisas denuncias?

4.- La presencia de cubanos. El chavismo la esconde, prudentemente; a la oposición hasta se le olvidó su existencia. 22.000 médicos cubanos, otros tantos o más en todos los ganglios del Estado: policías, espionaje, fábricas de opinión, redacción de leyes, petróleo, ejército, banca, empresas públicas. ¿Cómo puede ser tan pendeja la oposición de tirar al olvido este argumento, a sabiendas de que hasta muchos chavistas, civiles y militares, rechazan la cubanización de Venezuela?

5.- Propiedad privada. La propiedad es un robo, de Prudhon, el “ser rico es malo”, la economía pre-fenicia del trueque adquirirán rango constitucional si Chávez es reelecto. El rechazo llega aquí a casi 90% . ¿Quién de la oposición está hurgando en esa mina de oro que son las miles de horas de verborrea presidencial, para ensartar ante el país el rosario de delirantes declaraciones del autócrata en la materia?

6.- La diplomacia del chantaje petrolero, la dádiva y el insulto. Es el talón de Aquiles mejor explotado en razón de las sonadas derrotas chavistas en el cuadrante latinoamericano.

Varias dádivas presidenciales violan la normativa referida a bienes de la Nación, otras son ocultas. Estas últimas pueden averiguarse y denunciarse, las primeras ser objeto de demanda ante los tribunales, aun como mero testimonio.