Opinión Nacional

Otra Navidad en la misma…

Feliz Navidad

Van catorce navidades con el tercio allí, vociferando, amenazando, expropiando, dilapidando, botando, engañando, infectando, peleando, destruyendo, dividiendo, mintiendo, dando la cómica – tal como el ministro de la Defensa de Corea del Norte que declara que eliminará a Estados Unidos y a Corea del Sur de “un plumazo”- y aspira catorce más. Y para ello cuenta con la feliz gran barriga franelita colorá, indiferente a patria, democracia y futuro con tal de dormir comida, aunque le cueste la dignidad y el gentilicio. Beneficiaria indolente de la carnestolenda repartición de prebendas electoreras, le importa poco la quiebra de la República vía endeudamiento masivo ni la destrucción del aparato productivo esencial, del que depende la economía nacional, para privilegiar el capitalismo exterior. Lo suyo es “dame lo mío que yo te doy lo tuyo” o sea dame mi bequita y toma tu votico. Para que goces. Aunque la patria se hunda en el deshonor de la corrupción y el trafico de drogas ni que invadida de cubanos de toda pelambre Venezuela parezca un país en disolución, dependiente como nunca del imperialismo yanqui, de la usura china y del hambre vieja cubana, a pesar de los gritos histéricos de “soberanía” que Chávez emite, ni que nuestra nación haya perdido el respeto que siempre tuvo en el escenario internacional, cuyos jefes de Estado la tienen ahora como una estrafalaria tía rica inculta, para vender baratijas o pedir limosnas suculentas a cambio de hacerse los locos con los desmanes antidemocráticos de su presidente -salvo el Congreso paraguayo que se ha henchido de dignidad con su “no pasarás” a este violador de la Carta Democrática de la OEA. Sencillamente esta gran barriga, integrada por un escalofriante porcentaje de venezolanos es incapaz de percibir que la estrategia comunista petrolera de Chávez la mantiene en un peligroso estado parasitario, castrándole psíquicamente toda posibilidad de desarrollo individual -ser pobre reditúa felicidad perpetua- considerando que salir de la pobreza es ser beneficiario de una miserable misión del gobierno, aunque viva en el mismo barrio desharrapado a merced del hampa y de los elementos que la avienta por años a un refugio miserable cada vez que truena. Un ejemplo de este irresponsable método de corregir los desajustes sociales, es el ingreso de una miríada de tercerizados a la nómina ya repleta de Sidor. Nadie puede negar la necesidad de acceder a un empleo digno a ningún venezolano, pero para ello hay que crear fuentes de empleo, propiciando la inversión privada y la generación de nuevas empresas y el fortalecimiento de las que existente. Las empresas del Estado, recipiendarias de mano de obra excedentaria, sin calificación y sin colocación productiva efectiva, abulta de tal manera las exigencias financieras que han sido condenadas a la quiebra, a menos que esa nómina la pague directamente Miraflores, que tiene recursos suficientes para ello con el presupuesto para gastos personales de Chávez. Y lo triste es que a esa gran barriga perteneceremos todos obligatoriamente si Chávez y su locura comunista siguen en el poder.

Feliz Navidad

A Fidel Castro le fue necesario asesinar a cientos de ciudadanos cubanos que se resistieron -porque sí hubo oposición- a su régimen comunista, la represión fue brutal y la censura y juicios sumarios fueron sus armas de terror masivo: Pero Chávez tiene billete, y a punta de ellos ha logrado avanzar sin mayores contratiempos, aunque no a la velocidad que pretendió al principio, pues el coraje de la conciencia individual fue más poderosa que su gran barriga. Sin embargo, poco a poco, comprando por aquí sobornando por allá, dejando caer migajas en el sendero hacia su trampa mortal, permitiendo conchupancias antinaturales con empresarios canallas, dizque opositores, a quienes el billete obnubila -“los comerciantes son tan despreciables que nos venden el mecate con el que los vamos a ahorcar”, Lenin- burla burlando, ha avanzado como la quilla de un rompehielo, y ya cuenta con toda la urdimbre legal que sustentará su régimen opresivo a partir del 2012 -“…desarrollar formas efectivas y eficaces de control, seguimiento y evaluación de (…) la empresa privada por parte del poder popular, que impliquen una contraloría real…”, documento de principios del Gran Polo Patriótico. Si gana las elecciones, adiós alcaldías y gobernaciones y chao descentralización y propiedad privada- “la propiedad privada será progresivamente condenada a desaparecer si no se justifica su utilidad a la sociedad…”, Chávez 13 de abril de 2007: El Poder Popular, endosado a su mando omnímodo, se impondrá como único poder en la ex república con la anuencia lacaya de un TSJ áulico y una AN perruna. Sólo su voz se escuchará en el vasto silencio del miedo generalizado. Paramilitarismo oficializado y gran barriga sobornada con su ración de nepe y mande mi comandante. Uh, ah. Frente a su inmenso poder comunicacional, adquirido o adosado con dinero del erario, se escucha débilmente alguna voz ya cansada de no ser atendida, que todavía clama en el desierto por obra de aquellos que no han sucumbido al llamado onomatopéyico de la totuma con la que Chávez convoca la codicia.

Feliz Navidad

Esta Nochebuena puede ser la última en libertad. Así que con su familia, junto al Pesebre o frente al árbol de Navidad prometa integrase a la lucha activa por la democracia venezolana, débil y solitaria. Recuerde que mientras usted canta gaitas con sus amigos, en la oscuridad el crimen conspira contra el orden republicano de la nación. No basta rezar.

PD: Esta columna debió publicarse el pasado 24 de diciembre, pero por motivo del reposo navideño de Correo del Caroní, es publicada sin modificaciones en esta edición.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba