País en riesgo
Venezuela está en riesgo desde hace ya unos años por las acciones arbitrarias de un régimen militarista, que actúa con total irrespeto a los derechos del pueblo soberano.
Existen claras evidencias de lo arriba afirmado: la pérdida de autonomía de jueces y legisladores, de la autoridad monetaria, de la autoridad electoral, de la Fiscalía y Contraloría. El ejecutivo maneja la hacienda pública sin supervisión ni controles, de ahí que PDVSA y Fonden se hayan convertido en instrumentos a su exclusivo servicio.
El irrespeto y la descalificación de opositores se han convertido en norma, como las agresiones físicas a estudiantes cuando salen a la calle y lanzan consignas de tolerancia y convivencia, incompatibles con el pensamiento de odio difundido desde el poder.
Pero el mayor riesgo que acecha, es la nueva constitución redactada en secreto por extranjeros, la que se pretende aprobar mediante referendo sin que haya mediado la consulta constitucional, amplia y responsable.
El país está en riesgo de caer en un comunismo totalitario, bajo el pretexto de socialismo, que desplazará a la familia en la educación de sus hijos, y obligará a los niños a realizar trabajo “voluntario” como parte del servicio social integral.
El dictador prepara el marco jurídico para permanecer de forma vitalicia en el poder, para silenciar la expresión libre, para coartar la iniciativa individual y limitar la adquisición y propiedad de bienes naturales.
El estado convertido en el principal distribuidor de alimentos, ropa y calzado, impondrá el racionamiento para repartir entre todos los escasos bienes disponibles. El estado empleador forzará a los venezolanos a simular una fidelidad revolucionaria para mantener la fuente de su sustento. Territorios, gobernaciones y alcaldías serán manejadas desde Caracas por vicepresidentes nombrados a dedo. Ha llegado la hora de desenmascarar estos planes y de preparase para enfrentarlos decisivamente.
