Se busca un líder
Verdaderísima opositora de éste gobierno, busca un líder a quien seguir, con intenciones de larga y estable relación política. Abstenerse antidemocráticos.
Resulta que en el BPCEM (Banco Privado de Cosas Entendidas a medias), justo en la sección Política/Tomo Único/Sección Interesante, tengo como concepto de democracia algo parecido a lo siguiente: 1. Doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno. 2: Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado.
No es broma, me lo dijo el mismísimo Diccionario de la Real Academia Española, y fíjese que como ésa gente, pocos saben. Tendría que documentarme un poco más con algún libro de regímenes políticos que realmente no tengo a mano ahora, pero yo entendí el cuento de la democracia como un compuesto de opiniones Gobierno-Oposición.
Me explico: según me parece, la única manera de entablar una conversación que resulte pro-duc-ti-va, es teniendo a alguien que piense de manera distinta, con quien compartir, discutir, etcétera. Pues bien, yo estoy convencida de que cualquier gobierno que quiera crecer, necesita tener una oposición. Es más, mientras más auténticamente opuesta esté la posición de un gobierno (valga la voltereta) más rápido se llega a la moraleja de la conversación: un país felizmente democrático, realmente sólido y potencialmente preparado para relacionarse con el resto del mundo. ¡Bingo! Es ese el país que quiero. Realmente es así.
Quizás habrá quien diga: Claro, cualquiera estaría dispuestísimo a estar al bate, pendiente de cualquier cosa mala que haga el gobierno para decírselo ahí mismito! Pero obviamente, la cosa no consiste en la mera simpleza de criticar… No señor. Se trata más bien de hacer críticas constructivas, lo cual es un asunto tan difícil como considerable. Significa que los reproches no valen nada sin una buena propuesta de mejora.
Éso entiendo por democracia: El país decide cómo dividirse mediante las elecciones, por lo tanto, una minoría escogida por la mayoría (muy justo esto) decide sobre lo que le conviene a todo el país, durante un período breve, después del cual el proceso se reciclará a sí mismo con unas nuevas elecciones.
Pues si, yo quiero de una manera u otra colaborar para que mi país sea mejor. De manera que no me importaría pertenecer a la oposición, porque es un sitial tan o más digno que el del gobierno, desde el cual se pueden hacer muchas cosas.
Pero, ¿a quién sigo? ¿Quién se atreve a ser líder de una oposición que complemente el trabajo del gobierno? Me encantaría ser parte de un partido político llamado “oposición democrática” o alguna cosa por el estilo… y como la verdad es que yo nunca he coordinado siquiera a un grupo de niños, declaro por éste medio la necesidad de un líder con convocatoria, inteligentemente persuasivo, respetuoso y democrático hasta los pensamientos más profundos.
Luego me hago la pregunta clave: ¿el gobierno estará dispuesto a aceptar que la oposición es necesaria y constructiva?
¿Y entonces señores? ¿No es hora ya de asumir nuestro rol?
Si usted es partícipe o conoce un país así de democrático, con líderes admirables en ambos bandos, por favor no dude en avisarme, llamarme, escribirme, gritarme y contar conmigo incondicionalmente.
