Siempre puede haber algo peor
Muchos de nosotros en el sector opositor objetamos y criticamos al Presidente Chávez, por la siembra del odio y la división en Venezuela, pero está claro que después del aquelarre en que se convirtió la sesión de la Asamblea, en la que extendieron indefinidamente el permiso al mandatario para que se cure, se confirmó como dice el refrán “Siempre puede haber algo peor”.
En la Asamblea, las intervenciones de algunos importantes parlamentarios, hicieron palidecer al mismo Chávez en sus momentos más controversiales. Está claro que lucieron como los más radicales, imponiendo a todo evento su política a la sociedad.
Esa sesión solo dejo claro la repartición del poder entre sectores del chavismo, quienes siguen dividiendo, continúan estando de espalda al diálogo. La bancada oficialista no supo interpretar a una sociedad venezolana polarizada, que necesita ser reconciliada, a pesar que existe un sector importante del país que adversa el proyecto revolucionario, la directiva de la Asamblea sigue siendo roja, rojita.
Al día siguiente todo el poder del estado continuó su avance, luego de la Asamblea, el Tribunal Supremo de Justicia, emitió sentencia que nos hace comprender a la fuerza el ventajismo del estado. Hoy más que nunca entendemos que para ellos el lema a seguir es “Fuera de la Constitución todo. Dentro de la Constitución nada”.
No contentos con eso, convocaron a un costo inmenso para la nación a mandatarios y representantes diplomáticos, para avalar junto una masa inmensa movilizada de todo el país en autobuses, la decisión de las instituciones del Estado contra la constitución.
Por lo visto, después de escucharlos, no hay dudas, estos amigos no quieren reconocer que en Venezuela hay mucha gente que quiere paz, reconciliación, bienestar y progreso. Ellos, todos ataviados de rojo, lucen desfasados, desarrollando una política que nada tiene que ver con los tiempos que corren.
Ese acto divulgado en cadena nacional, inició con un Chávez interpretando a través de una grabación el himno nacional. Esa voz adorada por muchos, rechazada por otros y aceptada por la gran mayoría, esta vez sonó lejana, muchos no saben si podrán volver a escucharla. Esa gran incertidumbre la tienen todos los venezolanos ¿Qué pasará con Chávez?
En algunos días, luego que pase la euforia de estos momentos vinculados a la toma de posesión y el juramento. Aparecerá ante nosotros la cruenta realidad, pobreza, inseguridad, servicios públicos por el suelo y al frente de todo, un pirata cojo con pata de palo, que nos deja claro que es peor el remedio que la enfermedad.
