! Soy rojo, rojito, pero no pendejo, pendejito!
El título de esta nota es un plagio de una declaración emitida por un líder laboral de PDVSA, luego de la represión policial contra las protestas salariales de los trabajadores petroleros, que tuvo lugar en Anzoátegui la semana pasada.
El líder laboral, al mismo tiempo, aprovechó para agradecer, categóricamente, a los medios de comunicación privados la cobertura de la protesta (ya que los medios oficialistas brillaban por su ausencia).
Evidentemente, cada día se hace más palpable el sentimiento democrático que albergan todos los venezolanos sin distinción de su credo político. La fantochada bolivariana, extraviada de todo contacto con la realidad, va perdiendo a pasos agigantados la efectividad de una gastada retórica de “suplemento” (comiquita), donde los héroes, las fuerzas del mal y las divinidades se nos han manifestado, virtualmente con su fascinación, como una auténtica realidad.
Aparentemente, ha llegado el momento de las verdaderas realidades, de las cosas concretas, de darle respuestas a las indiscutibles necesidades que alberga nuestra sociedad; entre ellas, no sólo el derecho al bienestar sino también el derecho a opinar y ser oído. Para que, de manera natural, consigamos seguir contentando nuestra obviamente enraizada necesidad de usufructuar los derechos democráticos.
¿Qué va a hacer el ejército catequizador cubano para lograr doblegar esta empecinada actitud libertaria nacional? ¿Será cierto que ya preparan las listas de los primeros fusilados? ¿O será cierto que sólo se conformarán con lo ya pillado y se irán?
Yo personalmente creo que ya vamos abriendo los ojos y que nos vamos encontrando en una necesidad común.
En mi caso, al igual que el líder trabajador que me inspiró el título, el que yo sea azul, azulito, no implica que también sea pendejo, pendejito.
¡Gracias compatriota rojo, rojito, parece que ni tu ni yo, somos pendejitos…!
Estocolmo, 2007-09-29
