Opinión Nacional

Valiente cobarde

Los valientes no necesitan amenazar para demostrar su valentía. Cristo jamás amenazó a nadie, predicó siempre el amor no el odio y cuando le llegó la hora difícil de darle cumplimiento a la voluntad del Padre para salvar a los hombres, cargó su cruz y aceptó, como un valiente, la crucifixión. Su fortaleza espiritual le permitió ser un ejemplo de la auténtica valentía humana.

Bien diferente es la conducta de los autócratas que someten a sus pueblos y le roban sus derechos simulando una valentía falsa que siempre oculta cobardía. Los antecedentes históricos de estos enfermos por el poder así lo manifiestan. Preparó un golpe de Estado, sus compañeros cumplieron con su meta pero él optó por rendirse y entregarse. Sintió miedo. Se conformó entonces con una amenaza. Cuando un día el pueblo, desarmado, marchó masivamente por su libertad y le solicita que renuncie se asustó tanto que ordenó implementar el Plan Ávila sin reparar en las muertes que habría causado. Cuando sintió que los militares no habían obedecido su orden el miedo lo invadió situación anímica que fue captada por el Alto Mando quien le pidió la renuncia “la cual aceptó”. No fue nada secreto. Fue una renuncia pública. El país entero lo vió por la TV. cuando pedía que se le respetara la vida y que él se iba tranquilo para Cuba. Salió…hacía la Orchila, resignado, en escala hacía La Habana para refugiarse en la tierra de otro valiente cobarde que habiendo destruido a su pueblo fue incapaz en medio siglo de gobierno de expulsar en un acto de soberanía nacional a los norteamericanos de Guantánamo, territorio cubano. Otra prueba de valentía cobarde.

La fuerte caída en el apoyo popular que pudo comprobar el 2D y ratificada después el 23 Noviembre del 08 y el 15 de Febrero del 09 hace crecer el miedo. Ya no desfila con su pueblo, anda rodeado de custodia por todas partes pero, eso sí, para simular valentía arremete y amenaza con nuevas expropiaciones sin importarle la caída de la producción y la destrucción de Venezuela. Sale de viaje y en su ausencia para poder observar la reacción del colectivo deja la orden de poner preso a Rosales y a Baduel así como que la pena máxima le sea impuesta a los Comisarios y los Policías Metropolitanos por el delito de evitar una tragedia mayor causada por los “pistoleros de Puente LLaguno”, como los bautizó la sabiduría popular, quienes, casualmente, están en libertad y fueron los héroes de ese día según el oficialismo. Mientras esto sucedía en Venezuela este ciudadano valiente viaja a Irán y observa, desde lejos y bien seguro”, las reacciones a sus órdenes y entonces decidir si prolonga sus vacaciones o regresa a Venezuela si todo está tranquilo.

¿Es esto valentía o cobardía? ¿Que piensa usted?

Profesor de Instituciones
Políticas de la U.C.A.B.

Fax: 730-57-23

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