Opinión Nacional

Viendo la luz

Digan lo que digan sobre el dulce milagro de la fe ciega, ¡yo considero que la capacidad de tenerla es aterradora y absolutamente vil!
Kurt Vonnegut

Así como el cierre de RCTV fue la expresión palpable del talante autoritario del presidente Chávez, la maniobra chavista ante el rescate de los 15 secuestrados de las FARC es la demostración más clara de por qué el gobierno aspira a la “hegemonía mediática”.

A poco tiempo de conocerse los detalles de la operación “Jaque”, los evidentemente contrariados voceros extraoficiales comenzaron a corear una curiosa versión según la cual el ejército colombiano habría “secuestrado” a quienes habían sido liberados incondicionalmente por la narco-guerrilla. En una manifestación de cuán poco resisten los principios ante los finales de quincena, desde un intelectual del “proceso” hasta los más habituales loritos (todos supuestamente dispuestos a alguna cursilería rimbombante por la “Verdad”, la “Ética” y otras coartadas sonoras) coincidieron en la atravesada versión. Luis Britto García analizaba las declaraciones de Ingrid Betancourt y las traducía empleando como recurso un “vale decir” para torcerlas hasta que sirvieran de apoyo a su historieta, la cual sólo tenía como base su imaginación al servicio de la verdad que conviene. Alberto Nolia, el Mini-Me de Mario Silva, fue aún más allá y dijo que Betancourt se había cuadrado con Uribe en el avión y que las declaraciones de los 15 eran un montaje. Es de suponer que la información debió haberle sido suministrada por la misma Ingrid, por Uribe, o por algún otro de los involucrados en la farsa. Como eso no lo hubiera creído ni el Mono Jojoy, empezaron a citar como fuentes a una radio suiza y a un artículo en Internet. Luego un autodenominado “revolucionario dominicano”, Narciso Isa Conde, escribió otro artículo reiterando la especie. Cuando Claudia Gurisati lo cuestionó en RCN, el revolucionario que ha sido fotografiado con el uniforme de las FARC, admitió que la información la había tomado de la Agencia Bolivariana de Noticias (quienes seguramente habrán basado su “noticia” en la radio suiza, el español de Rebelion.org, Britto García, Nolia y/o el mismo Isa Conde). Ese “circuito cerrado de referencias” incluye a varios que desecharon como ridícula y sin fundamento la evidencia proporcionada por los computadores de Raúl Reyes, a pesar del examen y la certificación de la Interpol. No obstante, exponen como verdad irrefutable un argumento fantasioso apoyado en esta “candelita mediática” de “yo lo digo porque él dijo que el otro había dicho que yo dije”. Cuando el presidente Chávez casualmente decide saludar como novedad a una agencia de noticias de los no alineados, fundada en 2005, queda claro que su sueño es dar a su grupo de referencias cruzadas una fachada de legitimidad que no ha podido lograr con la ABN, Vea, VTV y el resto de sus medios “alternativos y anti-imperialistas”, incluyendo el fiasco de TeleSur,
Todo sería tan fácil si no existieran algunos molestos medios privados que se resisten a aceptar la verdad única que él decreta. Jim Jones, el predicador estadounidense que fundó el movimiento el “Templo del Pueblo”, tenía en su sede en Guyana un sistema de altavoces que transmitía su voz a cualquier hora del día o la noche y que constituía la única fuente de información sobre lo que supuestamente sucedía en el exterior. Las referencias constantes a una invasión y a Jones como guía y salvador son algunos de los elementos que permiten explicar que el 18 de noviembre de 1978 convenciera a 635 adultos de que envenenaran a 276 niños y cometieran “suicidio revolucionario” para “pasar a otro plano”. Un control semejante sobre las masas debe ser el sueño dorado del Presidente, quien no deja de repetir que los venezolanos estamos dispuestos a morir por cualquiera que sea el tema del día. Pero Jones al menos les daba a sus creyentes algo de consistencia. En “La Vida Desnuda”, de Rosa Montero, hay un artículo titulado “Lucy” que relata la historia de una chimpancé adoptada por unos estadounidenses. Lucy fue criada en Nueva York como un humano y hasta le enseñaron a comunicarse por lenguaje de señas. Así vivió durante 16 años, luego de lo cual la pareja no pudo seguirla cuidando y la mandó a una reserva zoológica en África, donde la metieron en una gran jaula con otros de su especie. Lucy apenas comía, no se relacionaba con los otros chimpancés y se mantenía en un rincón alejado. Un día pasó junto a la jaula un visitante que conocía el lenguaje de los sordo-mudos y descubrió asombrado que uno de los chimpancés hacía señas desesperadas que significaban “Ayúdeme a salir, por favor”. Me pregunto si no será esa la sensación de muchas de las personas decentes y bien intencionadas que entraron al grupo de fieros defensores de las FARC, siguiendo el ejemplo de su comandante, y ahora que el líder vio la luz se quedaron solos apoyando a unos impopulares guerrilleros secuestradores. Lo que hasta hace poco fue, en la desenfrenada boca del Presidente, “un verdadero ejército” con el cual limitaba “realmente” nuestro país, con un proyecto bolivariano que “aquí se respeta” (computadoras de Reyes mediante) se ha tornado en un grupo que realiza la terrible práctica del secuestro y debería dejar la lucha armada que no tiene cabida en la época actual.

Por curiosa coincidencia, otros preclaros espíritus descubrieron la misma verdad casi al mismo tiempo, y la proclaman orgullosos. Por ejemplo, José Saramago, el Premio Nobel que tardó casi 50 años en notar las violaciones de los derechos humanos en Cuba, también ha visto la luz. Hasta Fidel Castro, o quien escribe los artículos en su nombre, acaba de declarar por primera vez que eso de secuestrar gente es algo malo malo y que las FARC deberían dejar de hacerlo. Claro, también personajes como José Vicente Rangel y Rafael Correa unieron sus voces pero, vamos, son Rangel y Correa, siempre prestos a apuntar hacia donde manda el Jefe. El cambio es más fácil para quien obtiene algo sustancioso por cambiar.

Mientras el Comandante Hablachenko modifica su posición a la velocidad del cálculo, sus seguidores más inocentes o más limitados, quienes repiten cuanto él dice con el fervor de fanáticos religiosos, requieren de más tiempo para renegar de los credos que van absorbiendo de sus discursos. Ellos deben estar sintiendo lo mismo que el vociferante Correa en Santo Domingo, cuando Chávez lo dejó colgando de la brocha para darle la mano al “genocida/hermano” Uribe. ¿Harán las señas el 23 de noviembre?

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