Rafael Ramírez es del chavismo originario
Gerónimo Figueroa Figuera
Rafael Ramírez quien ha sido responsable de la peste roja durante 20 años, de los cuales 12 fueron al frente de PDVSA donde saquearon el dinero de todos los venezolanos con el que se enriquecieron familiares y amigotes, ahora se presenta con la cara muy limpia queriendo aparecer como el defensor del pueblo venezolano y acusando a Maduro de ser el único responsable de la crisis humanitaria que ha puesto a niños a morir por desnutrición y enfermos por falta de medicina en los hospitales, así como a miles de venezolanos a comer de la basura y millones a huir del país para poder sobrevivir.
La peste roja a fuerza de saqueo arruinó a Venezuela que era el país con mas fortaleza económica de Latinoamérica, donde Rafael Ramírez y muchos chavistas que hoy dicen no ser maduristas y declararse “perseguidos políticos”, tienen responsabilidad máxima en lo que fue el proyecto destructor armado en Cuba por los asesinos hermanos Castro y puesto en marcha en nuestro país por el comandante intergaláctico y capo mayor de la peste roja. Estos chavistas, ahora no maduristas, pretenden engañar al pueblo presentándose como una “alternativa” como si en el pasado reciente no hubiesen quebrado un plato.
No debe quedar ninguna duda que en poco tiempo veremos al cara dura de Rafael Ramírez y a chavistas no maduristas diciendo que la culpa de la crisis humanitaria es por el robo que ha hecho Maduro con su gente del dinero público y de las sanciones económicas impuestas contra corruptos y violadores de Derechos Humanos por parte del gobierno de los EEUU y la Unión Europea. Es importante recordar que Las sanciones contra corruptos y violadores de Derechos Humanos son a partir de 2016 y el saqueo al país comenzó en 1999 con la llegada de la peste roja.
Otro caso que quieren vender los chavistas no maduristas es el del general Rodríguez Torres, a quien pretenden presentar como un “sufrido prisionero político” del régimen, como si no tuviésemos memoria para recordar que los muchachos que fueron secuestrados de los campamentos estudiantiles en 2014 y que muchos de ellos todavía permanecen presos en condiciones infrahumanas, tienen el sello de ese general cuando era ministro de Interior. Rafael Ramírez, Rodríguez Torres y otros tantos que ahora pretenden aparecer como los hijos de la Madre María de San José, forman parte de una “purga” que realiza Maduro parecida a la que hizo Stalin contra todo lo que oliera a León Trotsky en tiempos de la Unión Soviética.
Honestamente creo en la reconciliación sincera entre el pueblo opositor y el pueblo chavista, porque ambos son víctimas de la misma crisis causada por la peste roja, pero nunca debe haber impunidad para favorecer a los responsables directos de la destrucción económica, política y social de nuestro país. La reconciliación no puede ser aprovechada descaradamente para ser aplicada como sinónimo de impunidad. Saqueadores y asesinos deben ser juzgados respetándoles el debido proceso y el resto de sus Derechos Humanos. En ese sentido me niego que, aun sabiendo que son responsables, sean tratados igual a como ellos han tratado a nuestros presos que fueron encarcelados por pensar distinto y defender la democracia.
Igualmente, de resultar culpables después de un juicio transparente y justo, la pena no solo debe por violación a Derechos Humanos contra seres inocentes, sino que el brazo de la justicia debe estirarse para llegar hasta las fortunas mil millonarias en dólares y euros, que pudieran estar escondidas en bancos del exterior a nombre de ellos, familiares o testaferros. Y todo el dinero que pueda ser recuperado debe ser utilizado para la reparación de las victimas e inyectarlo en la economía nacional para desarrollar el aparato productivo y recuperar las empresas que fueron cerradas por implacable persecución contra la empresa privada.
De antemano queremos dejar claro que los planteamientos que hacemos a través de esta columna no pueden ser considerados por los come flores como una persecución política contra quienes piensan distinto o por ser integrantes del régimen caído, sino como una forma de pedir que se aplique la justicia a nombre de los miles de niños muertos por desnutrición, enfermos por falta de medicinas y los miles de compatriotas que hoy comen de la basura. No tenemos duda que son miles los hombres y mujeres que trabajan en la administración pública que son honestos, y que no tienen ninguna responsabilidad por la destrucción de nuestro país.
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