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Wolfgang Larrazábal: Transición Política

La experiencia democrática iniciada el 23 de enero de 1958, solo fue posible cuando un grupo de militares tomo las decisiones necesarias para hacer viable el gobierno civil derrocado Marcos Pérez Jiménez. La Junta de Gobierno presidido por Larrazábal un episodio inédito sin paragón  en la actualidad.

El 9 de enero de 1958, se anuncia un alzamiento de oficiales de la Marina contra el gobierno de Marcos Pérez Jiménez en  La Guaira ordenándose zarpar 5 destructores de la flota para colocarlos en frente del puerto. Este alzamiento fue dominado y se negocia con los sublevados ciertas garantías para la institución de la Armada.

Esta crisis en el sector militar estimula a sectores civiles y partidistas a publicar manifiestos en contra del Gobierno y aupar la realización de manifestaciones populares en todas las principales ciudades del país.

Wolfgang Larrazábal quien tenía el comando de la Armada de Venezuela capto el “descontento muy grande” de la oficialidad asumiendo el 20 de enero la jefatura del movimiento propuesto por la oficialidad de la Marina. Se busco el consenso de las Fuerzas Armadas incluso acercarse al Comandante del Ejército. El 22 de enero comenzaron los alzamientos de la Marina, de la Academia Militar, de los Batallones de Blindados.

Espíritu del 23 de Enero

Rafael Caldera interpretaba por “el espíritu del 23 de Enero” del año 1958  -expresión atribuida a Rómulo Betancourt – al “consenso casi unánime, de los venezolanos en establecer un sistema de vida democrático” apreciando que el “experimento dictatorial” había llevado hasta los sectores tradicionales proclives a sostener los gobiernos de fuerza aceptar  la “democracia” como el sistema de “gobierno ideal para Venezuela”.

La llegada a Venezuela de los principales líderes políticos en el exilio: Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jovito Villalba – procedentes de New York – y Gustavo Machado – procedente de México-  según el escritor colombiano Gabriel García Márquez aparte de los matices impuestos por las diferencias ideológicas tuvieron un objetivo común: “la unidad” denominándolos “la camarilla democrática y popular” empeñada en devolver a Venezuela su fisionomía institucional

Junta de Gobierno.

La designación del contraalmirante Wolfang Larrazabal Ugeto por los oficiales sublevados – 20 de enero de 1958 –como presidente de la Junta de Gobierno se consideró una concesión del sector civil asumiéndose débil para presidir el gobierno en ese momento; manifestándose la tutela militar y autonomía de estos sectores.

La primera Junta se establece el 23 de enero, cerca de las 5:00 de la madrugada siendo integrada por el Comandante de la Fuerzas Armadas de Cooperación coronel Carlos Luis Araque, el director de la Escuela Superior de Guerra coronel Pedro José Quevedo y los coroneles Roberto Casanova y Abel Romero Villate.

Según Larrazábal la salida de la  Junta de Casanova y Villate  a las 48 horas de haberse conformado identificados como perezjimenistas fue una de las primeras medidas tomadas con el propósito que “el pueblo” se diera cuenta que el gobierno iniciado era distinto y se podían escuchar sus razones. Frente a las manifestaciones cercana a Miraflores que “pedía la cabeza” de los coroneles la crisis se pudo solucionar en base de convencerles que era necesario darle al “pueblo” la seguridad que con el gobierno instaurado se podía dialogar.

Se designo a Eugenio Mendoza y  Blas Lamberti del sector empresarial quienes sustituyeron a los dos oficiales. En mayo Mendoza y Lamberti renuncian siendo sustituidos por Arturo Sosa y Edgar Sanabria.

Rebeliones militares 1958.

La línea de apoyo a la insurgencia cubana entre otras causas fue opuesta duramente por el ministro de Defensa de la época Jesús María Castro León que a larga traería una crisis insurreccional el 22-07-1958, desmontada a través del dialogo y la mediación del ministro Héctor Hernández Caraballo  aunado a la movilización de estudiantes y trabajadores concentrados de manera multitudinaria en la urbanización El Silencio; separándolo del cargo pero continuando su posición de general para posteriormente pasarlo a retiro 24-11-1959.

El 7 de septiembre un grupo de oficiales identificados con Castro León intentaron un conato de golpe de estado que fue frustrado cuyos cabecillas fueron los tenientes coroneles  Juan de Dios Moncada Vidal, Manuel Azuaje y el teniente Nicolás Hurtado Barrios, en esta oportunidad también hubo movilizaciones a favor de la Junta. La acción insurreccional tuvo un costo de 20 personas muertas. El 11 de marzo de 1959, conforme a nota del diario El Nacional son absueltos los cabecillas del movimiento bajo el argumento que no hubo delito militar pues el gobierno de la época era de facto. Esta sentencia exculpatoria fue apelada siendo condenados los militares golpistas.

Se concretaría la salida del teniente Hugo Trejo en funciones en las fuerzas armadas quien  se  sublevo contra Pérez Jiménez el 1º de enero de 1959, por considerar Larrazábal que la actividad política no se compadecía con las funciones militares.

Otras medidas.

La Junta de gobierno manifestó como objetivo enrumbar a Venezuela hacia la democracia. El 22, de febrero se crea una Comisión  para redactar un proyecto de Ley Electoral que se juramento el 4 de marzo. El 18 de Junio se reinstaura el Consejo Supremo Electoral y designa sus miembros.

Plan de Emergencia. 

Se pone en ejecución el “Plan de Emergencia” asignación de recursos para obras puntuales y de poca envergadura. El pago de la “deuda” contraída por  el gobierno de Pérez Jiménez con el sector privado fue una prioridad con el objeto de disminuir el desempleo implementándose un subsidio directo denominado “salario del ocio” observándose respondían a medidas de naturaleza política más que económicas para procurar la conciliación de intereses.

 Acción Democrática interpretaba que el objeto fue mantener la popularidad de Larrazábal en la capital y centro del país. Se trato de auspiciar una economía planificada a través de CORDIPLAN creada en diciembre de 1958.

Convenio Obrero- Patronal.

El presidente Larrazábal sugiere al empresariado de ampliar la “tregua política” acordada voluntariamente por los partidos políticos al campo sindical. El “Espíritu del 23 de Enero”  había  influenciado en las actuaciones de FEDECAMARAS y el Comité Sindical Unificado para buscar formulas de entendimiento para lograr la “paz laboral” o “tregua social” en beneficio de la ·”Unidad Nacional” contra una nueva dictadura.

Se auspició en abril encuentros entre representantes del capital y el trabajo en búsqueda de una “tregua sindical” y expreso interés para culminar pronto el proceso de negociaciones.

El 24 de abril de 1958, se celebraría el “Convenio de Entendimiento” que regirían las relaciones obreros- patronales en el País. Gustavo Lares Ruiz presidente del Comité Sindical Unificado Nacional calificaba el acto por “revolucionario” en las relaciones capital-trabajo debido que por primera vez en la historia del País, es clara la “abnegación y espíritu de sacrificio” de los trabajadores en beneficio de la “paz social” que necesita y requiere Venezuela. Fue suscrito por unanimidad por los trabajadores incluso  por sindicatos identificados con el Partido Comunista venezolano.

Ámbito militar.

Las reformas se comenzaron a realizarse durante la transición para lograr la sumisión de la fuerza armada a la política civil. El Decreto 288, del 27, de junio de 1958, proporciono autonomía a los componentes – Ejército, Armada, Aviación y Guardia Nacional – y convertir el Estado Mayor General de un órgano “decisor” de la política militar en “asesor”  bajo la denominación de Estado Mayor Conjunto significando  la eliminación de “estructuras centralizadas” por el otorgamiento de autonomía administrativa y operativa reduciendo las capacidad de cooperación entre estos.

La segmentación de las fuerzas armadas se afianzo cuando cada componente conto con sus propios centros de adiestramiento, guarniciones y comandos.

Se estableció como “tiempo de servicio” a 30 años a oficiales Decreto nº 533, del 17, de enero de 1959, implico la instauración de un alto índice de rotación con la finalidad de impedir la consolidación de liderazgo permanentes castrenses restringiendo la posibilidad de articular intereses corporativos en personalidades definidas.

La profundización del “carácter profesional” de las fuerzas armadas  dándole un carácter “tecnocrático” a los conceptos de “seguridad y defensa” permite concluir que hubo la intencionalidad de limitar la institución armada en su rol político compensándolo con un mejoramiento técnico-científico de la profesión militar como elevación de estatus de vida incluso darle carácter profesional universitario a la carrera de las armas. Como mecanismo de captación profesional se estimula el sueldo, subvenciones, incentivos y la seguridad social.

Pacto de Puntofijo.

El modelo democrático representativo se  hizo viable políticamente por el Pacto de Puntofijo del 31 de octubre de 1958, por Rómulo Betancourt, Rafael Caldera y Jovito Villalba entre otros para sentar las bases del orden Constitucional de 1961, se logró en virtud que “los líderes llegaron a la conclusión de que no podían repetir las luchas del trienio –1945-48- porque el precio había sido demasiado alto”.

Significo un programa mínimo de gobernabilidad de los partidos políticos mayoritarios y caudillos civiles; se apostó al objetivo de considerarla la “última dictadura militar” en consecuencia desarrollar mecanismos políticos pertinentes; de allí que  también se le precise como “democracia pactada”.

Conclusiones

El 14, de noviembre de 1958, Larrazábal para ser candidato presidencial entregaría la presidencia a Edgar Sanabria como símbolo del traspaso del poder efectivo de los militares a los civiles. Ratificaba el carácter civilista de la transición de 1958.  Manifestaría: “Yo nunca considere que estaba haciendo una campaña electoral contra nadie, sino creí que la estaba haciendo por Venezuela”.

Estas acciones de la  Junta y Larrazábal rebelaría la genuina intención del sector militar gobernante de entregar formalmente el poder a los civiles como neutralizar en la transición las tendencias reaccionarias. La coyuntura habría permitido a la dirigencia civil y partidos políticos hacer valer sus diferencias como realizar acuerdos mínimos relativamente en un ambiente favorable por lo menos hasta las elecciones de diciembre del 1958.

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