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Betsy Bustos: Hay corresponsabilidad penal de El Aissami en hechos de violencia contra las mujeres

Aversión, odio, desprecio hacia las mujeres por el simple hecho de ser mujeres. Así es definida la misoginia y pareciera que quienes integran los cuerpos de seguridad del país, llámense Fuerzas Armadas Nacionales, Milicia, Guardia del Pueblo, Policía Nacional Bolivariana, policías regionales y municipales y otros organismos de inteligencia y contrainteligencia, la padecen en grado supremo, pues cientos de casos documentados así lo demuestran.

 

Para la diputada al Consejo Legislativo del estado Aragua (Clea) Betsy Bustos, este régimen que comenzó con Hugo Chávez en 1999 y se mantiene con Nicolás Maduro, ha sido profundamente discriminatorio con el sexo femenino, aunque intenten escudarse en la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la cual es valedera dependiendo de la afinidad política.

“En Venezuela no hay acceso efectivo a la justicia para todas las mujeres víctimas de la violencia, porque las estructuras son insuficientes y por el funcionamiento inadecuado del sistema de justicia”, puntualizó Bustos al asegurar que en los hechos suscitados el pasado 26 de octubre en la ciudad de Maracay cuando efectivos de la policía regional agredieron a la ciudadana Laura Lara, sólo se procedió a destituir e investigar a los siete funcionarios involucrados, pero el Ministerio Público y la Defensoría del Pueblo obviaron que “hay corresponsabilidad penal tanto del gobernador de Aragua Tareck El Aissami como del comandante de ese cuerpo policial”. Además la diputada al Clea señaló que la represión de manifestaciones pacíficas con armas de guerra es considerada un delito de lesa humanidad y como tal no prescribe, de allí que le espetó a El Aissami que, tarde o temprano, tendrá que enfrentar a la justicia por éste y otros casos.

Durante la presentación del segundo Examen Periódico Universal (EPU) que hizo Venezuela ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra, la ministra para la Mujer e Igualdad de Género Blanca Eekhout, habló de “extraordinarios” avances de Venezuela en el respeto a los DDHH desde la llegada del chavismo al poder. La funcionaria dijo que la “revolución se enfocó en facilitar los caminos para dignificar y enaltecer a mujer” y que muestra de ello fue la creación de la cartera que hoy dirige.

No obstante, Bustos dijo que eso no puede considerarse un logro porque en Venezuela no se garantizan los derechos constitucionales a las mujeres por igual. “Aquí si tú formas parte del partido de gobierno, puede que tengas suerte y resultes beneficiaria de alguna decisión o política de Estado, pero si estás en la acera del frente te fregaste”.

La parlamentaria aragüeña abordó el tema de la violencia de los cuerpos policiales y militares hacia las mujeres venezolanas, particularmente si las acciones que ellas ejecutan son consideradas “desestabilizadoras” por parte de quienes ostentan el poder. “Una mujer que sale a hacer cola, que sale a protestar para exigir comida para sus hijos, reclama por la escasez de medicamentos, por la pérdida de un ser querido o simplemente porque demanda la activación del artículo 72 de la Constitución para revocarle el mandato a Maduro, no puede ser agredida, violentada, ultrajada, humillada, golpeada, imputada y apresada”.

“Hemos visto como organizaciones feministas denunciaron a ‘voceros de derecha’ por supuesta violencia de género (agresiones verbales) contra la canciller Delcy Rodríguez; la presidenta del CNE, Tibisay Lucena y la Fiscal Luisa Ortega Díaz, pero no las hemos visto levantar su voz para defender a Laura Lara, la maracayera agredida por siete Poliaragua. Y no lo harán. ¿Saben por qué? Porque Laura es una venezolana más comprometida con el cambio de gobierno y de modelo. Por ella nadie dirá nada”, enfatizó la también dirigente regional de Primero Justicia en Aragua.

Al respecto se preguntó “¿Qué tipo de alimañas forman en las FAN y cuerpos de seguridad nacional, regionales y municipales? Parece que estamos en presencia de una epidemia de misoginia. Nunca antes la mujer venezolana había sido tan humillada, tan rebajada, ignorada, deshonrada, usada, golpeada, irrespetada y vilipendiada por un gobierno y sus representantes”, por eso exigió a la ministra Eekhout elaborar un plan nacional para prevenir y sancionar todas las formas de violencia, incluida la violencia ejercida por los cuerpos policiales.

Violencia política

Bustos recuerda que el lenguaje soez, agresivo y desmedido de Hugo Chávez, abrió las puertas para que en Venezuela se desataran los demonios de la violencia criminal y de la violencia política y todo lo que ella representa: terror psicológico, degradación moral, persecución y hasta homicidios.

“Quienes defienden la revolución son héroes, aun cuando sean autores materiales de homicidios (caso Puente Llaguno, abril 2002) y todos aquellos que la confrontan son delincuentes. Las mujeres son las más afectadas por la crisis económica, política y social desatada por el nefasto gobierno de Maduro, pues ellas son quienes llevan las riendas de los hogares. A nuestras mujeres les corresponde ser madres y padres; trabajar y conseguir el alimento para sus hijos; correr con sus enfermos a los hospitales, ellas son las que a diario se enfrentan a los cuerpos policiales para protestar por la escasez, el desabastecimiento, inflación, inseguridad o ausencia total de servicios básicos”. El gobierno causa maltrato físico y psicológico a millones de mujeres que madrugan para comprar comida a precios regulados o que pernoctan a la intemperie para no perder el puesto en la cola o conseguir una cita en un hospital. “¿Será que Luisa Ortega Díaz no se ha percatado que es un problema de Estado?”, preguntó la diputada.

La dirigente justiciera también quiso saber si el Ministerio Público no considera “violencia física” el maltrato sufrido por las mujeres venezolanas que hacen cola, participan en una manifestación pacífica o protestan por la escasez de alimentos. “Los organismos encargados de aplicar la justicia en el caso de violencia de género, se politizaron. La Ley Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia tipifica 19 tipos de violencia, entre ellas la violencia institucional”.

En Aragua, por ejemplo, existe un Instituto de la Mujer que depende de la gobernación y que otorga créditos a mujeres oficialistas comprometidas, inscritas en el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), a las opositoras no. “Y eso es violencia institucional, tal como ocurre con los Clap”, explicó Bustos.

“La aversión es un forma de discriminación y lamentablemente nuestras instituciones defensoras de los derechos de las mujeres no son capaces pero tampoco tienen la voluntad para hacer valer la Ley contra la Violencia de Género. Por eso nuestros militares y policías seguirán atropellándolas”, concluyó.

Algunos casos

Bustos recordó algunos casos emblemáticos de violencia policial y militar contra mujeres venezolanas.

PRIMER CASO: Marvinia Jiménez. Fue insultada, golpeada, arrastrada y detenida por agentes de la Guardia del Pueblo el 24 de febrero de 2014 en la Av. Henry Ford de La Isabelica, Valencia, estado Carabobo. Jiménez exigía a la GN no agredir al pueblo que se manifestaba en las calles con cacerolas. Las agresiones fueron más que evidentes en su rostro. Su agresora es otra mujer identificada como sargento segunda Josneidy Nayarit Castillo Mendoza, quien tiene orden de aprehensión desde el 2 de marzo de 2014, pero sigue libre.

SEGUNDO CASO: El 25 de abril de 2016, un grupo de GN arremetió contra un grupo de mujeres que protestaba en el Mercal de Naiguatá, estado Vargas, por la escasez de comida y reclamaba la venta de productos regulados que estaban siendo acaparados en esa red pública de distribución de alimentos.

TERCER CASO: Mirianny Boadas, también fue atacada por efectivos de la Guardia Nacional el 7 de junio de 2016, mientras hacía su cola frente al supermercado Unicasa de Margarita para comprar productos regulados. La golpiza fue tal que tuvo que ser intervenida de urgencia en el hospital Luis Ortega de Porlamar.

CUARTO CASO: Ailín Carrasquero y Kelly González, ambas en sus últimos días de embarazo, se encontraban el 11 de julio de 2016 haciendo cola en un Abasto Bicentenario del centro comercial Costa Verde situado en Maracaibo, estado Zulia, para comprar pañales. Al presentarse disturbios, la GN intervino y con tirria golpeó a ambas mujeres en el vientre, sin importar su estado. A la primera se le adelantó el parto y tuvo que ser remitida a la Maternidad Castillo Plaza donde afortunadamente dio a luz sin complicaciones.

QUINTO CASO: Las hermanas Angie y Dainys Figueroa, agredidas con encono por Guardias Nacionales, el 18 de julio de 2016 en la Av. Bolívar de Margarita, estado Nueva Esparta. La primera de ellas tuvo que ser recluida en terapia intensiva por fractura de cráneo. Ambas hacían cola para comprar productos regulados.

SEXTO CASO: El 18 de agosto de 2016, la madre del preso político Leopoldo López, Antonieta Mendoza de López, fue violentada física, moral y verbalmente en las afueras del Palacio de Justicia de Caracas por un sargento de la Guardia Nacional que no conforme con meterle una zancadilla, le dijo “cállese, vieja ridícula”.

SÉPTIMO CASO: Laura Lara, fue golpeada por siete funcionarios de la Policía del estado Aragua en la planta baja de la torre Venearagua de Maracay, cuando regresaba de participar en la Toma de Venezuela que se llevó a cabo el 26 de octubre en todo el territorio nacional. Presentó contusiones en la cabeza y el rostro.

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