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Corrupción de menores y abuso infantil acabaron con la vida de un bebé de dos meses

El jueves por la noche unas mujeres en El Cafetal, Montalbán, al occidente de Carabobo, pasaban casa por casa, negocio por negocio, recogiendo dinero en un envase para colaborar con la recuperación de «Arcángel«, un vecinito de apenas dos meses de nacido que se debatía entre la vida y la muerte, luego de que su papá le provocara una fractura de cráneo. Al amanecer, la plata recaudada sería usada para otro fin: cancelar los gastos fúnebres. «Murió el morochito», se corría como pólvora por las calles de ese pueblo, cuyos habitantes no comprenden cómo pasó.

En la zapatería, en la bodega, hasta en los botiquines hablan es de ella, de «La Tori«. Le dicen «Corruptora de menores», comenta una vecina que prefirió no dar su identidad. Desde hacía aproximadamente un año, Toribia Rojas, de 43 años, mantenía una relación en secreto con «Luis el Pelu’o«, de 14 años de edad. Sí, 14 años. Producto de ese amor nacieron Arcángel y su hermana morocha Darianni. Pero no fue sino hasta que la mujer tenía unos 8 meses de embarazo que se supo todo. «La Tori» vivía con algunos de sus hijos mayores en una humilde vivienda en El Cafetal. En la casa que colinda con el patio, vivía Luis. A veces se quedaban en una casita cercana donde pasaban la noche juntos.

Lugar en el que residían la pareja y los bebés/Foto: Heberlizeth González

Era 18 de junio. La pareja entró a la casita donde compartían algunos días. Por razones que no se conocen comenzaron a discutir. Fue allí donde el jovencito le habría causado las lesiones a los morochos. Arcángel llevó la peor parte, quedó inconsciente de un fuerte golpe. Al cabo de un rato, la madre, junto a una amiga, llevaron al niño al ambulatorio de la zona. Quienes lo atendieron se percataron de que se trataba de maltrato infantil y llamaron a una representante del Consejo de Protección de Niño, Niña y Adolescente.

El bebé estaba mal. Fue referido al Hospital de Bejuma donde fue ingresado a las 7:10 de la noche. De acuerdo con los registros, lo llevó la amiga de Toribia. Sin embargo, en ese centro de salud tampoco podían atenderlo por la gravedad de la lesión. Tenía visible un hematoma en el lado derecho de la cabeza, relató una enfermera que lo atendió. Como pudieron, entablillaron el cuello con paletas y lo enviaron a la Ciudad Hospitaria Dr. Enrique Tejera (Chet) de Valencia. No había ambulancia y lo llevaron en un carro particular, cuyos datos quedaron estampados en el libro de novedades del hospital.

En Bejuma los médicos sospecharon que estaban frente a un posible caso de maltrato infantil y prefirieron dar parte al Cicpc. Como a las 12 de la noche de ese mismo día una comisión llegó a la casa donde ocurrió el hecho. Los vecinos se alarmaron, pero más tarde comprenderían las razones. «Ese carajito es una basura. Por aquí que ni se aparezca«, decía indignada otra vecina que conocía muy bien a «La Tori». En ocasiones escuchaba llorar mucho a los bebés, pero no se atrevía a preguntar qué pasaba porque estaba disgustaba con la mamá de los morochos, tras -supuestamente- robarle unos pañales.

Los médicos chequearon a Darianni y le diagnosticaron lesiones más leves. Mientras su hermanito era llevado a la Chet con traumatismo craneoenfálico. La niña se recuperó y fue entregada a una tía, hermana de Toribia, que vive en «La Vecindad del Chavo», en Montalbán. El varón no corrió con la misma suerte y el jueves 27 de junio fue declarado muerto. «La Tori» ya llevaba varios días detenida en la sede del Cicpc Bejuma. La agarraron en el hospital en Valencia, luego de que le contara a una sobrina que Luis había golpeado a los niños y ésta notificara a los investigadores. Al jovencito lo capturaron en su casa, en El Cafetal.

La madre de los bebés fue detenida por el CICPC

En ese pueblo tan pequeño muchos saben quién es Toribia. Dicen que tiene 9, 11, 14 hijos. Los que la conocen, pierden la cuenta del número de hijos cuando comienzan a enumerarlos por apodos y cuando rememoran la pérdida de otros. Varios coincidieron en que Arcángel era el cuarto bebé que se le moría. Los otros tres también fallecieron, en circunstancias desconocidas, cuando tenían pocos días de nacidos.

Según cuenta la vecina, los hijos grandes de «La Tori», incluso mayores que Luis, le reprochaban la relación que tenía con el adolescente, pero la mujer les pedía que no se metieran en su vida. Ahora, son quienes la atienden en el hospital y le llevan comida, mientras pase sus días detenida por corrupción de menores y omisión, pues, según declaró a las autoridades, los pequeños supuestamente se habían caído de la cama mientras dormían.

El secretario de seguridad ciudadana y jefe del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) Carabobo, comisario general José Gregorio Domínguez, posteó en su cuenta en Instagram sobre el caso y mencionó que los morochos, además, sufrían desnutrición severa.

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