Consumo de carne y pollo ha caído más de 70% en el último año, alerta Fedeagro
La situación del campo venezolano es la suma de muchos efectos derivados de la crisis económica y política por la que atraviesa Venezuela. La falta de agroinsumos como fertilizantes y semillas, la inseguridad personal y jurídica, la crisis eléctrica y la escasez del combustible, sumado al monopolio del Estado, han dado al traste con los niveles de producción nacional.
En consecuencia, el venezolano está comiendo muy poco y está comiendo mal. Así lo afirma el presidente de la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro), Aquiles Hopkins, quien alertó que el consumo de proteínas como la carne y el pollo en el país se ha desplomado en más de 70% en el último año.
A la caída del consumo proteico le acompaña también la debacle de la producción de los principales rubros agrícolas, dada la actual crisis económica, sumada a la deficiencia de los servicios básicos, escasez de combustible y caída del consumo de los venezolanos, según informó Hopkins este martes durante la 75a Asamblea Anual de Fedecámaras.
Hopkins afirmó que la producción nacional tiene 12 años de caída sostenida y alertó que va a seguir cayendo este año, pues según dijo «no se está haciendo absolutamente nada para revertir la situación y recuperar la producción».
El gremialista informó que el sector abastecía 70% del consumo nacional de alimentos. Mientras que en este momento, en el mejor de los casos, el sector agroalimentario está abasteciendo 20% del consumo nacional.
Hopkins dijo que la caída del consumo per cápita de todos los alimentos y, en especial, de las proteínas «ha sido catastrófico»; por ejemplo, el consumo de pollo promediaba 42 kilos por persona y «probablemente ahora esté en 10 kilos» y el de carne estuvo en 24 kilos y «la última cifra que tenemos es de 7 kilos».
Asimismo, el consumo de huevos, agregó, es 20% de lo que en algún momento fue, al pasar de 1,5 millones de cajas por mes a menos de 300.000 cajas al mes.
Debacle en el campo
En otros rubros agrícolas, los niveles de producción han retrocedido a los niveles varias décadas atrás; por ejemplo, la producción de maíz, es similar a la de la década de los 70. Lo mismo ocurre con la producción de arroz, pese a que «Venezuela llegó a ser exportadora por dos décadas».
Igualmente, la producción de la caña de azúcar es similar a la de 1960, mientras que la de la producción de caraotas se encuentra en niveles de los años 40, según informó el representante del sector agropecuario.
Hopkins advirtió que para el próximo ciclo de siembra, la superficie sembrada de maíz no superará las 120.000 hectáreas, lo que representa menos de un cuarto de las 650.000 hectáreas disponibles. En una situación similar están las hortalizas, cuya superficie sembrada representa menos de 20%, al igual que las papas, con menos de 15%.
Lea también: Crisis agroalimentaria afecta a 80% de los hogares tras 12 años de caída en la producción
#AHORA Aquiles Hopkins (@AquilesHopkins), presidente de Fedeagro: Necesitamos un modelo de desarrollo distinto, en democracia con libertades económicas, con apoyo a la libre empresa #16Jul | vía @Orimagab
— Analítica (@Analitica) July 16, 2019
Para Hopkins, el papel del Estado no debe ser asumir el protagonismo de la producción, sino generar políticas y condiciones para que el sector privado pueda trabajar.
«Necesitamos un modelo de desarrollo distinto, en democracia con libertades económicas, con apoyo a la libre empresa, con un Estado que se ocupe de generar condiciones para que los sectores productivos pueden trabajar».
Agregó que el protagonista real del desarrollo y la producción será el sector privado, y para ello es necesario un cambio estructural, al tiempo que aseguró que la industria agroalimentaria está en capacidad de crecer 150% en el primer año de la recuperación del país y abastecer el 80% del consumo nacional con productos hechos en Venezuela en los próximos 5 años.
Según Fedeagro, Venezuela cuenta con los dos elementos más importantes: la tierra, con un potencial agrícola de 9 millones de hectáreas, y un potencial ganadero de 24 millones de hectáreas de las cuales se están explotando apenas siete millones.