El plan B es echarle bolas al plan A
El título de este editorial toma prestadas las perspicaces y reflexivas palabras de Laureano Márquez, cuyo perfil de humorista no eclipsa su faceta de politólogo. Según Laureano, no tenemos alternativa viable que seguir apoyando a la que el pueblo venezolano en una mayoría aplastante respaldó en Octubre. Esta elección registró una votación sin precedentes, siendo, en palabras de Felix Seijas, la punta de un iceberg que reveló el sólido respaldo popular.
Cuando nuestra candidata enfatiza que la lucha persistirá hasta el final, no se trata simplemente de un recurso retórico, sino de una estrategia de combate donde el desenlace no está predeterminado. Toda estrategia se nutre de decisiones tácticas derivadas de la contienda por alcanzar la victoria.
En esta batalla por restaurar el orden democrático, es crucial depositar confianza en el líder que elegimos para guiarnos hacia el triunfo. Imaginemos qué hubiera sucedido en la batalla de Austerlitz, por ejemplo, si los mariscales hubieran optado por un plan B en lugar de seguir la estrategia diseñada por Napoleón.
Siguiendo el consejo de Laureano, es imperativo mantener nuestro plan hasta el final y permitir que nuestra candidata elabore las tácticas necesarias para alcanzar el mejor desenlace posible.
