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La cicatriz en el recuerdo de los varguenses: 19 años de la tragedia

Hace 19 años exactamente, cuando Camila apenas tenía 7 años, Vargas sufrió el mayor desastre natural que marcó su corazón y su vida al igual que la de muchos varguenses.

Fueron días de intensa lluvia, días de angustia y de incertidumbre. Días de terror y de no saber qué estaba pasando realmente. Para Camila, una niña de 7 años, la suspensión de sus clases en el colegio se debió a las fuertes lluvias de todos los días, pero lo que ella no sabía es que se estaba gestando una gran inundación en el estado que la vio nacer.

El estado Vargas fue declarado en emergencia por Protección Civil dos semanas antes de que ocurriera el deslave que se llevó las viviendas y con ellas las vidas de muchos. PC hizo varios llamados de atención, pero el gobierno hizo caso omiso a las advertencia que les estaba haciendo la naturaleza porque estaban en campaña electoral presidencial y callaron toda la información que estaba emitiendo el ente de protección del estado.

Siendo 16 de diciembre a las 4 de la madrugada, Camila se despertó y en su casa estaba gran parte de su familia. Sus tíos, sus primos, sus padrinos y algunos amigos de sus padres; unos durmiendo en los muebles, otros en el suelo y otros con insomnio. El deslave ya había pasado por sus casas y se había llevado sus bienes materiales en un abrir y cerrar de ojos.

niña-ojos-tapados

Camila le preguntó a su mamá qué ocurría y su mamá solo con un gesto le indicó que se asomara en la ventana del apartamento. Para su sorpresa, al asomarse, lo que pudo observar fue una gran capa de barro que cubría hasta la mitad de los vehículos que se encontraban en el centro comercial adyacente al edificio y piedras de un tamaño hasta de 6 metros.

Para el momento no había servicio eléctrico ni servicio de agua potable en la región; la familia de Camila y los vecinos del edificio estaban prestando apoyo a todos los damnificados que se encontraban en el lugar y mientras tanto Camila y sus primos no entendían la gravedad del asunto, ellos seguían jugando dentro de su inocencia porque el hecho de tener a muchos niños cerca en la misma situación les generaba tranquilidad, tranquilidad que ni sus familiares ni vecinos podían conservar.

Al pasar de las semanas, surgió la posibilidad de dejar atrás el estado. Camila y sus familiares se fueron a Barquisimeto, estado Lara para continuar con sus vidas mientras el estado era reconstruido por el gobierno regional. En esta nueva ciudad se establecieron durante 3 meses y el papá de Camila decidió regresar a La Guaira porque allí era donde tenía ciertos clientes y podía continuar con su trabajo para generar ingresos y mantener a la familia.

Al regresar a La Guaira, a pesar de que estaban en el estado donde nacieron y se criaron, no se sentían igual. Faltaba algo. El estado Vargas no era lo mismo de unos meses atrás. Todavía se sentía un ambiente de dolor y pesar en todos sus habitantes. Muchas personas perdieron el fruto de arduos años de trabajo; sus casas, carros e incluso, en muchos casos, se perdieron integrantes de sus familias, el estado en general sufrió daños irreparables.

Mapa-vargas

Todo el estado, desde la parroquia Carayaca hasta la parroquia Caruao fue afectado por las inundaciones y aun cuando han pasado 18 años de esta enorme tragedia que afectó la vida de muchos, es imposible tener el mismo sentir. La tragedia de Vargas será recordada por todos, pero será sentida con el pasar de los años por solo algunos con mucho dolor…

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