Opinión Nacional

La desaparición del PPI otra acción totalitaria

Si algo fue participativo y protagónico en la historia de la ciencia venezolana fue la construcción del Sistema de Promoción del Investigador (PPI). Programa ideado y creado por la comunidad científica venezolana, a través de la Asociación para el Progreso de la Investigación Universitaria (APIU), la Sociedad GALILEANA de la USB, la Asociación de Investigadores del IVIC (ASOINIVIC) y la AsoVAC. Experiencias de otros países latinoamericanos fueron analizadas y sirvieron de base para plantear la idea que fue tomada para su ejecución por el sector gobierno y establecido en 1990.

Los investigadores venezolanos requerían de herramientas que aumentaran el reconocimiento social y económico de la actividad de investigación científica con un salario adecuado para los investigadores. Esto derivaría en la existencia de un personal calificado con formación académica de alto nivel en el sector, financiamiento acorde con la actividad, buena infraestructura física y de servicios y un sistema de información, de bibliotecas y de revistas nacionales de impacto internacional o regional, factores fundamentales para lograr una productividad científica adecuada.

Este programa reveló desde sus inicios datos que anteriormente se desconocían, se realizó el primer censo serio que se ha llevado a cabo en el país y datos como el tamaño de la comunidad científica, ubicación geográfica, composición de las disciplinas de investigación, nivel académico, edad de los investigadores, entre otras cosas. Se logró por primera vez el análisis de la comunidad científica requerido en cualquier país donde su gobierno entienda que el avance científico y tecnológico son herramientas fundamentales para el progreso y la independencia económica.

El programa permitió que se reconociera la excelencia y fuera evaluado el trabajo del científico venezolano. En conclusión el PPI contribuyó a legitimar la actividad de investigación y a darle mayor rigurosidad. Así, los análisis realizados después de las primeras convocatorias revelaron que el programa permitiría el crecimiento de la comunidad científica e influiría necesariamente en realizar cambios positivos como la creación de nuevos postgrados, la formación de recursos humanos de alto nivel, la extensión, la prestación de servicios y la optimización de la gerencia en estas actividades.

Un sistema como el PPI podría ser la base para promover estrategias que fortalecerían a la ciencia venezolana. Una comunidad de investigadores científicos con poder y reconocimiento orientaría a los diversos sectores nacionales siendo capaz de producir mejores condiciones de vida al venezolano. La existencia del programa originaría discusiones entre los científicos y entre los investigadores con otros sectores del país para que sus resultados tuvieran proyección e incidencia nacional e internacional.

Por el contrario, durante estos últimos diez años lo que hemos visto con tristeza, es que las autoridades actúan exclusivamente por un interés político-populista, fomentando la mediocridad y más recientemente utilizando la represión contra investigadores científicos quienes, solo por opinar, han perdido sus puestos de trabajo. Se han nombrado autoridades en el sector ciencia y tecnología que han confesado ser comisarios políticos y que desconocen y no están interesados en el desarrollo de la actividad científica del país. La desprofesionalización del país solo nos llevará al atraso y al mayor deterioro de la calidad de vida de los venezolanos.

La suspensión inconsulta de la convocatoria anual del PPI del 2009 es otra muestra de la característica forma de trabajo de este gobierno, la exclusión de los venezolanos acreditados y con la formación suficiente para opinar y orientar las políticas en los diferentes sectores de la vida nacional, impidiéndose lograr el tan cacareado desarrollo del país soberano y contrariando a un sistema democrático, participativo y protagónico. Nos toca a todos exigir la preservación de la excelencia y la pluralidad de la comunidad científica nacional, el miedo y el silencio no nos ayudarán a lograrlo.

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