Opinión Nacional

La opereta de este abril

La opereta que el oficialismo montó con motivo de los 6 años del 11,12 y 13-A fue tan pero tan baratona que hasta ellos mismos se burlaron de sus propias invenciones.

La conseja esa de que la historia la escriben los vencedores, ni siquiera la saben aplicar los capitostes de la llamada revolución. En vez de historia lo que fabrican es historieta, y de tan chapucera factura –como diría Antonio Cova, que la versión roja-rojita de los sucesos de abril del 2002 cada vez tiene una credibilidad más parecida a las de las actas de la Fiscalía en el caso Anderson.

El trisoleado García Carneiro, por ejemplo, ahora afirma que la pomposa «Operación Rescate de la Dignidad Nacional» que repuso al señor Chávez en Miraflores gracias a los buenos oficios militares de Baduel, en verdad nunca existió y que todo aquello no fue más que una coordinación de helicópteros que, no faltaba más, él mismo auspició.

Baduel, por su parte, contraataca alegando que García Carneiro «reapareció» el 13 de abril cuando ya el «gobierno de facto» estaba desintegrándose y la correlación de fuerzas en el Ejército era favorable a devolverle la silla al señor Chávez.

Total que los generales-héroes de la «recuperación de la democracia», especies de Leonidas tropicales de la batalla de Las Termópilas de Fuerte Tiuna, según la leyenda del Minci hasta que Baduel cayera en desgracia, resulta que serían un par de charlatanes de acuerdo con las acusaciones recíprocas.

Por su parte Cilia Flores, presidenta de la Asamblea y «hada marchita» de la revolución de acuerdo con la pluma de Domingo Alberto Rangel, discursea sobre el coraje de boinacolorá durante la dictadura de Pedro Carmona, por cierto que más o menos de 22 horas entre la jura y la renuncia, y su colega diputado Luis Tascón le agua la fiesta declarando públicamente que Cilia Flores y Nicolás Maduro, entre otros, se hicieron los locos después del 11-A y sólo cuando Miraflores fue «retomado» es que dieron señales de vida.

Pero la guinda de la torta la puso, ¿quién más?, sino José Vicente Rangel. Como fue más bien apartado de estas fiestas patrias, no se le ocurrió otra cosa que señalar que estaba dispuesto «a empuñar el fusil» en defensa de la revolución…

El propio señor Chávez debió quedar boquiabierto, al fin y al cabo el día 12 de abril del 2002 el entonces ex ministro Rangel se apresuró a dar una entrevista en El Nacional, publicada el día 13, en el que afirmaba sin más ni más que «se cambiaría el cassette» y que se pondría a escribir sobre sus interesantes experiencias durante su paso por el poder. En todo caso no sería ni malo que empuñara el fusil a ver si deja descansar a la calculadora de bolsillo.

Todo sería pura opera bufa si no fuera porque los asesinatos del 11-A en la masacre de Miraflores siguen impunes, y porque la justicia revolucionaria absolvió a los pistoleros de Llaguno, y porque esa misma charada judicial tiene como presos políticos a comisarios y efectivos policiales cuyo encarcelamiento sirve de coartada a la narrativa oficial, y porque el señor Chávez se ha negado una y otra vez que se constituya una Comisión de la Verdad que la esclarezca por encima de las conveniencias políticas.

Sólo falta que Lucas Rincón escriba un libro, cuyo título, por cierto, todo el mundo sabe cuál debería ser.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba