Cultura

Iván Mikolji: Arte, Ciencia y Naturaleza

Iván Mikolji  ha creado un  lenguaje  visual  en   sus paisajes acuáticos y subacuáticos, y realizado  más de cien expediciones  al  Escudo Guayanés en el área colombo-venezolano, la más reciente a Caño Cristal, Sierra de Macarena Colombia, en Octubre del 2016.

Estos portafolios fueron realizados     en   uno de los mayores pulmones del planeta, poseedores de las reservas más importantes de  agua dulce de Latinoamérica y escudo protector de  las sociedades selváticas. Es  este  un espacio-tiempo  donde paradójicamente aún existen  especies de la fauna, y la flora por  descubrir y otras que están siendo extintas, no  por la cruel fiebre del caucho del siglo XIX,  sino por la  utópica búsqueda del nuevo Dorado, episodio igual  de trágico hacia donde migran miles de mineros quienes, con su cultura depredadora en búsqueda de minerales preciosos, dragan, envenenan y  destruyen  este paisaje primigenio junto a sus sociedades.

Estas imágenes  de los ríos Orinoco, Quebrada Jaspe, Apure, Guárico, Meta, Caño Cristales y lagos como el de Valencia, entre esteros y caños,  se  revelan estos paisajes como una naturaleza sorpresiva,  misteriosa y sacra, creando miradas edénicas, motivadas  en un primer momento por la búsqueda de captar  en su hábitat natural, en huellas de luz, a los peces que  apasionan al artista. Para él, dar conocer  estos aspectos, es el primer paso para preservar tanto los ríos como la vida que fluye en ellos.  Como investigador y explorador, creó un lenguaje fotográfico, que está en deuda con la refracción de la luz en el agua, su transparencia, opacidad,  y cualidades físico-químicas.

Paisajes  Ribereños:

Estas  fotográficas nacen de una aventura hacia lo desconocido, que al centrarse en el fluir de las aguas, nos enfrentan a la noción heraclitiana de “todo cambia, nada permanece”, que se resumen en su metáfora de que nadie se baña dos veces en las mismas aguas de un río. Negando la noción  que nace del sentido común, de que  existimos  en un  planeta   estable, cuando en lugar de ello gira  sobre su propio eje alrededor del Ecuador a 1.670 km por hora, en un   universo que se expande a partir del Big Bang. Una realidad tan cambiante y dinámica como las aguas de un río que no sólo fluyen, sino que su materia se transforma alquímicamente de líquida a gaseosa. El creador se enfrenta a través del arte a estas realidades gracias a su visión del mundo,  la voluntad creativa y al uso magistral de la técnica de  fotografía acuática y subacuática. Es  capaz de estar sumergido durante horas con máscara,  snorkel y su equipo fotográfico, para lograr  el encuadre que  deseaba, y no dar por finalizada cada sesión hasta no verla materializada. Eterniza   la  esencia  cambiante de lo acuoso  que se  transforma en  trampas visuales que perciben en ocasiones el  agua como  cristal derretido, frágiles capas de hielo,  materia gelatinosa,  y evanescente  realidad.

Con cada una de sus fotografías recuerda al otro, que existimos en un planeta  donde aproximadamente el 71 %  de su superficie  está cubierta de agua, y  de ésta el  96% es oceánica y sólo el 3,3%  es agua dulce  de ríos, lagos,  a nivel subterráneo y en los Polos en forma de hielo que están siendo contaminadas.  Realidad  poco comprendida por la civilización humana por lo cual se hace  urgente  recuperar el equilibrio que se da entre la civilización y los ciclos del agua.

Para Ivan Mikolji el  arte es una vía para acercarnos a la toma de conciencia de ésta problemática y para que la humanidad actúe en defensa de ese recurso vital  indispensable para el sustento de  la vida, pues de no ser así, destruiremos la ecología planetaria de la que depende la humanidad.  Motivado por estas razones Mikolji crea series   fotográficas  para eternizar estos paisajes ribereños.

Reflejos Acuáticos: Cosmogonías

En estos portafolios destaca la monumental  roca fragmentada en la ribera del Orinoco. Es una especie de centro del mundo, titulada “Axis Mundi” ,  que transmite un carácter sagrado y en cuya fractura crecen una  tupida vegetación, a pesar de los grandes obstáculos que tienen sus raíces para lograr enterrarse en la tierra, pero que, gracias a las crecidas y las lluvias,  pudieron sobrevivir. Es la vida abriéndose paso en contra de  las adversidades.  Es esta una metáfora de que la  “Amazonia es  un paraíso ilusorio”,  tal como afirma Betty Meggers en su paradigmático libro, pues las cadenas de la vida en la Amazonía, son extremadamente inestables a pesar de parecer lo contrario.

El carácter cosmogónico  de estas miradas,  se evidencia en otras fotografías de la serie “Cosmogonías” donde una roca fue erosionada y tallada por el río, asumiendo una forma serpentina, que sobresale varios centímetros de la superficie.  Semeja  una tragavenado de piel pétrea que pareciera haber dado origen a este universo, idea que está presente  en mitos de diversas tradiciones culturales tradicionales y antiguas civilizaciones.

Este sentido se poetiza visualmente también en “Cosmogonía-38”,  composición   que pareciera recrear otro mito de origen a través de dos gigantescas rocas cubiertas de pátinas que semejan grafito, metáfora de un sol detenido.  Esta fotografía  recuerda cómo la roca, antes de ser sólida,  brotó de la tierra en forma de magma y fue densificándose. Esta significación se desprende de la superficie del agua  que al  rodearla, asume una cromática y textura pétrea. Los elementos  que se encuentran presentes en estos recuadros son micro-universos, que nos develan una estética ribereña, dominada  por materias cualitativamente opuestas  como son  la dura y milenaria roca,  de millones  de años, y las aguas que se renuevan constantemente por sus ciclos naturales.

 

Estas connotaciones  filosóficas y  cosmogónicas, se materializan en estos paisajes pétreos en fotografías tales como “Ingravidez Rocosa”  caracterizada por una estética minimalista,  debido a la sencillez y limpieza visual  de sus elementos. El centro visual del recuadro es una piedra redondeada que transmite la ilusión de  flotar sobre el agua, creando una sensación de falsa liviandad y liberación de la gravedad que nos recuerda ese amor por el vacío de los jardines y elementos cotidianos propios de la estética  japonesa. La otra imagen de esta serie, “Ingravidez Rocosa-8”,   la majestuosa  soledad es exorcizada por un par de  rocas con formas similares, sostenidas    por las  piedras que las rodean. Y sobre la superficie   las  franjas de la erosión de las crecidas del Orinoco   crean un ritmo que armoniza con las ondas de la superficie del río.

 

  Reflejos Subacuáticos

 Dentro de toda esta tipología  de fotografía, las series de reflejos subacuáticos  crean  realidades  alternas, inexistentes,  que brotan de la duplicidad de la realidad, creando imágenes ajenas a nuestra cotidianidad y a  todo lo conocido, tal como se evidencia en fotografías como en los fondos rocosos de la Gran Sabana, se  enfrenta al espectador a realidades ajenas a sus patrones cognoscitivos dando la impresión de estar ante una ficción o paisajes de un planeta desconocido. Esto se hace patente en la imagen “Entre Fondos-125/” donde dos superficies pétreas contraponen sus cromáticas y texturas. Así, oquedades, franjas de abstracción, líneas, hendiduras, perforaciones y colores ocres se perciben entre una transparencia tal que podría ser atmosférica y no subacuática. De la misma serie de paisajes subacuáticos, se crea otra visión en la imagen “Big Bang Pétreo-126”,  donde, desde un punto central, parecieran brotar fuerzas centrífugas qué podrían percibirse como una metáfora de la explosión cósmica de  la cual hipotéticamente brota el Universo. Estas visiones solo son posibles a través de la  mirada creativa, capaz de  crear belleza de lo ignorado.

 Las palmas de Moriche se convierten en parte de la iconografía del paisaje  orinoquense  en la obra de Mikolji y   se transforman en una parte esencial de su lenguaje visual.  Se está ante fotografías subacuáticas que duplican y friccionan la realidad, tal como sucede con la  imagen “Reflejos de Moriche” al crear una composición de dos formas triangulares seriadas en su partes, que se oponen  en sus vértices, creando una  realidad inexistente  creada  estando el fotógrafo  bajo el agua,  a la búsqueda  del ángulo y las condiciones de luz correctas, para  eternizar  esa mirada ilusoria.

El carácter turbio  del agua del río Apure y los esteros de los Llanos, crean   reflejos subacuáticos dominados por los verdes, marrones y ocres. En estas aguas oscuras o verdosas, se crean composiciones donde domina esta gama de colores y una realidad caleidoscópica, como   en la serie fotográfica “Pieles y Poros Acuáticos”.  Realidad que el artista crea, y nos permite tener una idea del grado de recreación que genera cada uno de estos click.

La macro realidad que sirve de centro a esta serie de imágenes son  los  reflejos subacuáticos de un tronco sumergido a pocos centímetros del agua, imagen titulada “Flotando”, que  transmite  reflejos en la capa subacuática de una gama cromática dominada por el negro y los verdes.  En algunas de estas miradas se muestran burbujas,  áreas de transparencia  que se convierten  en ventanas al exterior, asumiendo la forma de resplandor o realidades distorsionadas como en “Reflejos entre Resplandores”.   En esta serie se llega (Fotografías 330 a 334) a la opacidad total y se crean paisajes surrealistas de diversas tonalidades verdes, que semejan superficies de líquidos  de mucha densidad, creando repliegues que niegan la fluidez del agua,  y  recuerdan  esa plasticidad  que transmiten los relojes derretidos de Dalí. Y otras, parecieran visiones flamígeras, como “Reflejos 343”.  Los reflejos subacuáticos de hojas combinan las capas cromáticas subacuáticas con los fondos,  materializando  abstracciones   donde que no es  difícil  distinguir  la hoja real de la ilusión visual.

 Caño Cristal, Colombia:

 El llamado Río de los Dioses en Sierra Macarena, Colombia, el torrente de los cinco colores, el arcoíris derretido fue fotografiado por Ivan Mikolji en imágenes subacuáticas. Este río  debe  su cromática   a las plantas de colores que existen en él.  Estas fotografías    manifiestan los colores dominantes de sus aguas en  diversas épocas del año, como ocurre con  el rojo, al  crear composiciones surrealistas como es la Fotografía “Caño Cristal” donde se evidencian formas y texturas debido al  reflejo de las plantas,  creando visiones orgánicas, que parecieran ser formaciones  de capas unicelulares,  estos reflejos   contrastan  con las plantas rojizas  Macarana Clavijera, logrando visiones que llegan a la abstracción, con un carácter pictórico como en la “Abstracción en Caño Cristal” .

Plantas de texturas algodonosas, cuyos  tallos tienen parecido a los vasos sanguíneos. Crean fotografías únicas por sus diversidad de  texturas y   perspectivas, logrando cada plano ser diferente uno al otro, tal como sucede en la fotografía “Caño Cristal”. Estas miradas nos alejan de los patrones cognitivos conocidos, al  mezclarse colores como el rojo, el verde y el negro, entre burbujas de oxígeno que transmiten resplandores, como ocurre en la fotografía “Caño Cristales”. Llegando al extremo de la fotografía “Caño Cristales 166” donde    se funden  capas orgánicas de rojos,  con   resplandores provocados por  las burbujas de agua. La  estética del caño genera en estas imágenes subacuáticas  una dimensión diferente de él, que parecerían ser el origen de las primeras  emanaciones de  vida. Cuando se  proyectan en lo reflejos los diversos colores, las fotografías asumen atmósferas de irrealidad y de trampa visual. Generando situaciones  visuales fuera de toda lógica, son meta-universos, como ocurre con el paisaje subacuático “Caño Cristal-170”.

Paisajes Ribereños y  Coincidencia de Opuestos

Podríamos considerar la armonía de los opuestos que se dan en algunas fotografías, como manifestación  de  un realismo expresionista  como ocurre en “Río entre Tormenta, donde  la superficie del  agua,  por el oleaje y los remolinos, se percibe inquieta, transmitiendo la  idea de la  energía de estos caudales, potenciando esta    atmósfera  el  cielo  gris y nublado, pronto a descargase en tormentosa lluvia. En esta fotografía   se genera una visión del poder desbocado de  la naturaleza.  No fue tomada desde el agua, sino desde la orilla, buscando el momento adecuado en que el dinamismo del Universo se hiciera presente. Desde ese lugar el río pareciera rebelarse a la gravedad, y a través de la  macrofotografía, los remolinos de espuma, corrientes y burbujas buscan transformar su estado en fotos como “Transformación”. En cada una de estas visiones el líquido asume texturas gelatinosas  entre una superficie marrón, propia de ciertas zonas de los Atures del Orinoco.

Uno de los rasgos de este lenguaje visual es redimensionar la realidad, para mostrar otra mirada de ella. En esta serie visual estamos ante una metáfora de la formación de las nubes. A través de la energía desplegada y de la entropía del río, se transmuta su naturaleza en miradas paradójicas, y dinámicas que potencian el sentido de la fotografía, con la intención de  cambiar la  visión del otro de la realidad y crear empatía entre el público y el cosmos.

Esta coincidencia de cualidades opuestas de la materia, se perciben también en el paisaje ribereño “Arena entre Rocas”, donde la arena    crea una playa  en la que  se observan en los diversos estratos,  los cambios de  niveles de agua, y en el fondo de la imagen se ve un conjunto de  rocas con huellas similares, lo cual  armoniza la dureza pétrea,  con la suavidad de los granos de arena. Los reflejos en el agua de este paisaje orinoquense crean imágenes abstractas, debido a la posición del sol.

En esta fotografía se está ante la fuerza y la dureza de la roca como metáfora de  lo inmutable,  lo estable, inmortal. Lo estático contrasta con la naturaleza del agua y sus significaciones simbólicas. Al igual que la arena, está vinculada a la transformación, al devenir, y al ciclo vida-muerte-renacimiento. Este paisaje  dominado por la horizontalidad, contrasta con la orilla opuesta  del Orinoco por un conjunto  de rocas verticales. En la imagen titulada “Megalitos Orinoquenses”, las crecidas reubicaron a estos monumentales  rocas. Dominan formaciones pétreas con significaciones asociadas a la fertilidad y a lo fálico.  Este paisaje    evidencia cómo el  agua y su fluir  pueden  agrietar, esculpir y pulverizar  estos gigantescos volúmenes, creando perspectivas únicas en el planeta, que convierten el recorrido de este río amazónico en una experiencia estética que nos enfrenta a una arcaica y misteriosa realidad. Fue tomada esta fotografía con un cielo azul, donde coinciden el sol y la  luna llena, que  se convierte en el centro visual de la composición. Esta imagen traslada al otro a un tiempo y espacio que nos recuerda los orígenes de la vida y nos enfrenta a una realidad primigenia, recuperada y recreada por el arte contemporáneo, de manera contundente y auténtica, que muy bien podría ser una instalación de un artista como Richard Long.

En este amanecer destaca en el paisaje la humareda de un incendio, que es la única huella que nos hace sentir la presencia de la civilización contra-natura en que existe Occidente. Este sutil elemento responde a una de las búsquedas del artista al desear enfrentar al público a composiciones de una belleza edénica, que provoquen  empatía y la vez generen  nostalgia  ante la  cruda verdad, de que este paraíso  día a día está siendo amenazado y podría convertirse  en un edén perdido.

Esta iconografía visual expresa su verdad en estas series fotográficas. La razón que mueve al fotógrafo a internarse en  estos paisajes primigenios, es revelar al otro, que estamos ante una realidad sublime  y frágil del planeta, y la necesidad de proteger estos ecosistemas para evitar su desaparición con las trágicas consecuencias que traería esto a los ciclos de la vida humana.   Estas visiones crean sentimientos de nostalgia, al acercarnos a lo paradisíaco y  a la expulsión del Edén, al  comparar esta realidad con los desechos de ríos y lagos cercanos a la urbe. Se comprende así la urgente necesidad de un cambio de orientación de la civilización ante la naturaleza. Así, estas miradas logran transmitir un carácter expresionista, surrealista y conceptual a la fotografía, llenánabordola de emociones, premoniciones y paradojas.

 

Ivan Mikolji: Fusión Ciencia, Arte y Naturaleza

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba