OpiniónOpinión Nacional

La yuca amarga

Vivimos bajo el régimen de la yuca amarga. Detrás de una falsa apariencia inocentona, que puede engañar a algunos desprevenidos, se oculta la malignidad. Quien la consume corre un grave riesgo de muerte.

Gustavo Yepes

Recientemente, un grupo de valientes decidió combatir el flagelo y este no los perdonó. Allá quedaron sembrados, como los tallos del junco, víctimas de la venganza de la yuca amarga. El año pasado se llevó la vida de muchos otros valientes, en su mayoría jóvenes, quienes se negaban tozudamente a consumir el veneno.

Existen varios tipos de yuca amarga. Una de ellas es la “violenta”, hija del odio que brota de sus raíces, que cobra la vida de alrededor de 25.000 compatriotas cada año. El tipo “corrupta” arrasa con los bienes y las riquezas que deberían ser de todos y ahora son de unos pocos, aquellos que se dedican a cosecharla. La variedad “misionera”, oculta bajo un disfraz de altruismo,  obliga a someterse a quienes la consumen, bajo la amenaza de perder las limosnas que les permiten sobrevivir. El tipo “desidia” se presenta bajo la falacia del sabotaje y es la principal causa de los apagones, la falta de agua, la merma en la producción petrolera y otras cuantas minucias. La variedad “electoral”, que esconde el terror a medirse legítimamente, incita a los ingenuos a participar en unos comicios que ya tienen un resultado anunciado. La denominada “lava cerebros” invade las mentes de los inocentes y los lleva a sucumbir mientras aseguran que la están pasando de maravilla. La “farsante” proporciona enormes cantidades de palabras vacías que pretenden sustituir a los alimentos, medicinas e insumos, y mata lentamente a quienes necesitan de ellos.

Muchas personas, países e instituciones fueron testigos del florecimiento de la yuca amarga y lo celebraron con entusiasmo, mientras recibían ingentes cantidades de yuca dulce. Hoy son muy pocos quienes lo celebran. Solo quedan los cómplices fieles, aquellos que se resisten a que les corten el suministro.

En los momentos actuales, la yuca amarga engaña a muy pocos. La historia cuenta que, en situaciones similares, ella termina por devorar a quienes la cultivan. Esto, sin embargo, requiere de nuestra unión, firmeza y decisión para desterrar esta perversión.

Los comentarios, textos, investigaciones, reportajes, escritos y demás productos de los columnistas y colaboradores de analitica.com, no comprometen ni vinculan bajo ninguna responsabilidad a la sociedad comercial controlante del medio de comunicación, ni a su editor, toda vez que en el libre desarrollo de su profesión, pueden tener opiniones que no necesariamente están acorde a la política y posición del portal
Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba